Consternación en Asturias por el asesinato a cuchilladas de Karilenia en plena calle en Langreo

«Llevaban todo el día discutiendo, algo que era habitual, hasta que la oí pedir socorro y que llamásemos a la Policía». Dorita Alonso, la vecina del piso superior al que ocupaban Francisco F., asturiano nacido en 1952, y Karilenia, cubana y madre de tres menores, en la calle del Poeta Mánfer de la Llera, en Sama, no daba crédito a lo que vio al asomarse a la ventana en la noche del viernes. Lo hizo ya marcando el 112, tras los gritos escuchados.

«Allí, en al calle, estaba el desgraciado», en referencia a Francisco F. «golpeándola. Comencé a gritarle que la dejase, que estaba llamando a la Policía». Entonces sucedió algo con lo que no contaba: «Él se volteó un momento, miró hacia mi ventana y le vi el cuchillo en la mano». Su indignación se volvió rabia, consciente del peligro que corría Karilenia, «me di cuenta de que la estaba apuñalando repetidamente, no dándole golpes». Y lo hacía al grito de «¡ella quería matarme!».

De nada sirvió la llamada de Alonso al 112. Ni siquiera la intervención de dos chicas jóvenes que, en ese momento, estaban sentadas en un banco frente a la casa en la que vivían Francisco F. y Karilenia. La mujer cayó muerta a puñaladas. Su asesinato ha sido el primer crimen machista en España en lo que va de año, puesto que, como confirmó el jefe de operaciones de la Policía Nacional, Miguel Ángel Ramos, «entre ambos existía una relación de afectividad». Con ella compartía vivienda desde octubre, cuando llegó a Langreo junto a sus tres hijos, menores de entre 7 y 15 años.

El de Karilenia es, también, el primer crimen machista en Asturias desde que, en mayo de 2021, Senén Fernández matara de dos disparos a su exmujer, Tere Aladro. Fue en Laviana y él está ya en prisión, tras ser condenado a 31 años.

Los testigos del crimen de Sama aseguran que, mientras era apuñalada, ella intentó llegar hasta uno de los bancos con vistas al río Nalón. «Ya no tenía fuerzas. La pobre cayó delante del banco. Cuando llegó tanto la Policía como los sanitarios, nada pudieron hacer por salvarle la vida».

Tampoco pudieron salvar a Karilenia las dos jóvenes que la vieron salir de casa corriendo, pidiendo socorro y perseguida por Francisco F.; una de ellas intentó pararlo, pero el hombre reaccionó con violencia, apartando a la joven con brusquedad.

Una acción las de las jóvenes que fue aplaudida por la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, quien las felicitó «por su arrojo», a la vez que explicó que les han ofrecido a ambas atención psicológica.

El asesino de Karilenia fue detenido por efectivos de la Policía Nacional de Langreo, en cuya comisaría sigue aún a la espera de pasar a disposición judicial. Durante toda la jornada de ayer, la vivienda registró la presencia de efectivos policiales, tanto de la Brigada Judicial como de la Científica. Dos agentes custodiaban el portal, para evitar la contaminación o desaparición de pruebas.

Pasado el mediodía llegó el fiscal Fernando Laserna junto al forense y técnicos de la Fiscalía, para participar en la reconstrucción de los hechos. Para ello, agentes de la Policía Nacional de Langreo-San Martín del Rey Aurelio trajeron al detenido de nuevo a su vivienda.

Francisco F., esposado, se mostró un tanto aturdido, pero se dirigió con paso firme hacia el portal. Sin mediar palabra subió a la que ha sido su vivienda, donde estuvo por espacio de una hora. Según pudo saber EL COMERCIO, se mostró colaborador con los instructores del caso.

La previsión es que pase a disposición judicial mañana. «Agotaremos en las diligencias todo el plazo legal», confirmó Miguel Ángel Ramos. Será trasladado al nuevo Palacio de Justicia de Langreo, donde tendrá de nuevo la oportunidad de contar su versión del asesinato ante el juez instructor y el fiscal.

Entre sus antecedentes penales puede estar una agresión sexual, aunque la Policía solo ha confirmado que tiene un caso activo en el sistema de control de la violencia de género, VioGen, como maltratador de una pareja anterior. No constan denuncias de Karilenia contra él.

Sus vecinos coinciden en apuntar que el detenido «no era bueno con las mujeres». Recuerdan que «llegó a este piso a cuidar a la abuela de una pareja anterior, que murió en el incendio de la casa que compartían». Sin embargo, ahora vivía solo en esa casa, por la que, dicen sus vecinos, «pasaron muchas mujeres, pero con todas discutía. Más de una y de dos se fueron llenas de golpes. Incluso, en alguna ocasión, vino la Policía».

Consternados, confiesan que nunca pensaron «que fuera a matarla, aunque sí escuchábamos discusiones a diario». La llamada al 112 llegó demasiado tarde.

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