Comienza la cuenta atrás para el Descenso Folklórico del Nalón
Laviana abre inscripciones para usar el recinto ferial de Pola como astillero e iniciar la construcción de las embarcaciones desde el próximo lunes
La fiesta será el próximo 24 de agosto –sábado– y ya ha dado comienzo la cuenta atrás para que las 'milagrosas' embarcaciones –que flotan lo ... justo– desciendan por las aguas del Nalón, dando forma al Descenso Folklórico. Así, el Ayuntamiento de Laviana comunicó ayer la apertura de la inscripción para utilizar el recinto ferial poleso como astillero para la construcción de los ingenios flotantes. Se señaló que la solicitud se puede presentar en la oficina joven del CIDAN – Centro de Innovación y Desarrollo del Alto Nalón–. Los trabajos podrán dar comienzo el próximo lunes, día 8.
Fiesta declarada de Interés Nacional tras mucho trabajo y esfuerzo, la dilatada trayectoria histórica del descenso se remonta a 1968, y tras sucesivos cambios «y renovaciones ha ido madurando hasta convertirse en la fiesta que conocemos hoy en día», se indica en la web informativa del evento.
Año tras año, la fiesta se va haciendo un poco mayor alcanzando cifras de participación «increíbles» que en la actualidad sobrepasan los 4.000 tripulantes en más de 40 embarcaciones en tantas otras peñas. Hasta Laviana, cada tercer sábado de agosto, se acercan miles de personas de todos los rincones de España para disfrutar de nuestra fiesta más internacional. «El Descenso Folklórico del Nalón, que ya forma parte de la base cultural de Laviana y sus habitantes, se ha interiorizado como uno de los acontecimientos de mayor relevancia del concejo asturiano».
Fue un mes de agosto de 1968 cuando tuvo lugar un acontecimiento que marcaría para siempre los rasgos y el carácter de la fiesta. Ese año, la Asociación Cultural Eros planteó la idea de organizar una jira para las fiestas de Pola de Laviana en forma de descenso por Nalón. De un hecho tan simple surgió la gran festividad. Un grupo de vecinos organizaron un desfile disfrazados y amenizados por una comparsa. El desfile terminó bajando por el cauce, nadando o flotando, convirtiéndose así en la primera edición de una humilde carrera entre todos los participantes en la que resultaron vencedores Daniel Piedra y José Luis Canal.
Varios años después, en 1973, el descenso empieza a dejar de ser una simple carrera, para convertirse en algo más complejo. Un desfile donde se construían originales embarcaciones y se improvisaban curiosos disfraces para navegar por el río. Fue entonces cuando un grupo de jóvenes, asociados en la Peña Club Naútico Campurra, comenzaron a darle nueva forma al descenso, estableciendo unas reglas a cumplir por todos los participantes.
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