

Secciones
Servicios
Destacamos
Marta Varela
Pola de Laviana
Martes, 25 de febrero 2025, 14:11
'Togo' (un inquieto pastor australiano) y 'Alfa' (una cariñosa husky) son dos perros con suerte. Llevan años siendo uno más de la familia formada por Aitor, Rocío, Dora, Nela y Antón. El pasado fin de semana devolvieron todo el cariño que llevan recibiendo durante años salvando la vida a los cuatro miembros de esta familia. Todo comenzó el pasado día 17 de febrero cuando la familia se cogió unos días de descanso. Al principio barajaron la idea de dejar a sus perros en un hotel canino. «Teníamos miedo de que fuese mucho viaje y muchas horas en coche, pero no sabemos hacer nada sin ellos, así que al final los llevamos», cuentan. Cerraron su sidrería Vientu del Norte en Pola de Laviana y Aitor, Rocío, Dora y Antón, junto por supuesto a 'Togo' y 'Alfa', se dirigieron hacia Sevilla. Pasaron unos días «fantásticos» en la capital andaluza y, tras ellos, decidieron volver a casa por el occidente asturiano. Así, el pasado fin de semana, llegaron a una casa rural de Ribadeo, en la que decidieron quedarse.
Hasta ahí, todo iba bien. «Después de un sábado lleno de emociones, nos fuimos a descansar. Una noche idílica, el cielo estrellado, el aire limpio, la chimenea encendida», relata Rocío, la matriarca de la familia. Ella fue la última en irse a la cama sobre las doce y media de la noche. Nada hacía prever que el descanso iba a ser corto y que estaban a punto de vivir una terrible experiencia. Los recuerdos de esa noche «aún nos estremecen», asegura.
Rocío explica que «de repente me despertó 'Alfa' llorando, pero después se calló y seguí dormitando. Acto seguido los dos, 'Togo' y 'Alfa', estaban arañando y rascando la puerta de nuestra habitación como poseídos». «Me levanté y al abrir la puerta que daba al salón, el infierno. Un muro de humo me golpeó el rostro y a partir de ahí ya son todo fogonazos en mi cabeza», recuerda.
Lo primero que hizo Rocío fue abrir la puerta para que saliesen los perros. Luego, «a voces», despertó a Aitor, Dora y Antón. Fue entonces cuando llamó al 112 mientras observaba «lenguas de fuego por el techo». Se pusieron todos en alerta y cogieron baldes de agua y toallas mojadas mientras «Aitor sofocaba las llamas». Pero el intenso humo no cesaba y desde el 112 les dijeron que abandonaran la casa.
La ambulancia fue la primera en llegar. Los servicios sanitarios se encargan de comprobar el estado de toda la familia y Rocío tuvo que ser atendida dentro de la ambulancia. «Saturaba mal por intoxicación de humo y me pusieron oxígeno», dice. Luego, por precaución, la trasladaron al centro de salud. Llegaron incluso a valorar su traslado al hospital de Burela, aunque finalmente no fue necesario. Mientras tanto llegaron la Policía y los Bomberos, que se afanaron en apagar el fuego. «Me llamaron para decirme que los bomberos habían sofocado el fuego y nos dieron permiso para recoger nuestras cosas», relata.
«Llegamos a nuestra casa agotados, oliendo a humo, pero todos vivos». Y no tienen duda: «Vivos gracias a 'Togo' y 'Alfa'». Rocío advierte, mientras observa con admiración a 'Togo' y 'Alfa', de que «el próximo humano que me diga que 'solo son perros', que sepa que le retiraré la palabra de por vida. Son miembros de esta familia, familia a la que han salvado», zanja. Este martes tocaba volver a la normalidad, y muy temprano han paseado a sus salvadores para luego abrir su negocio hostelero.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El enigma de las plantas de tequila en la 'Catedral del vino' de Cigales
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.