Hunosa asegura que puede usar la escombrera de Lada

La hullera confirmó así lo que adelantó EL COMERCIO, que los camiones de cenizas habían comenzado a descargar en la antigua escombrera de la térmica de Lada. Una labor que se hace sin tener en cuenta el rechazo frontal a dicho uso por parte de vecinos, ecologistas y el propio Ayuntamiento langreano que, ante el silencio del Principado a las reclamaciones presentadas para evitar esta actividad, ha acudido a los tribunales.

Los camiones cargados de cenizas, provenientes de la térmica mierense, seguirán llegando a Langreo, algo que ya se conocía en el Consistorio y que la hullera asegura que «hemos ha comunicado en tiempo y forma al Ayuntamiento de Langreo el plan de transporte para depositar las cenizas en Cuturrasu».

Remarcan desde la empresa estatal que, en concreto, «dicho plan fue presentado en el registro municipal el pasado martes dos de julio a las 14.30 horas». Van más allá al desvelar que «los pasos que Hunosa ha dado para la adquisición del depósito de Cuturrasu han sido trasladados a los representantes del gobierno municipal de Langreo, incluso más allá de la vía administrativa», recordando reuniones mantenidas en abril.

Hunosa quiere tranquilizar a los vecinos y confirma que está poniendo en marcha todas las medidas a su alcance para minimizar el impacto de su actividad y reitera su compromiso con la sostenibilidad y economía circular. En consecuencia, la hullera está estudiando la reutilización de las cenizas (uso en cementeras, sector de la construcción, entre otros) y se compromete a que cuando cese la explotación del depósito procederá a su restauración para integrarlo en el entorno. Además, se recuerda a los langreanos que «el circuito de riego existente forma parte del sistema del depósito de Cuturrasu para mantener la ceniza estable y compacta y lleva funcionando de manera continua desde la creación del depósito. Con lo cual, es incierto que se haya entrado en funcionamiento estos días», como habían manifestado algunos vecinos al observar todos los aspersores en funcionamiento con la llegada de los primeros camiones de cenizas.