La nueva directora del Museo de la Minería, ante el reto de la ampliación diseñada en 2002
Hubo una rehabilitación y se construyó un trazado ferroviario bajo tierra hasta el cercano pozo San Vicente. Veintitrés años después no hay nada
La maleza lleva años ocultando uno de los tesoros de San Martín del Rey Aurelio: el pozo San Vicente. Su total abandono ... indigna a los vecinos de la parroquia de Linares.
Hace décadas, el Museo de la Minería y la Industria (Mumi) de El Entrego buscaba consolidar visitantes con una ampliación. Se miró a esta cercana explotación. Comenzó a desarrollarse un proyecto que se centró entonces en recuperar la vieja mina y convertirla en un museo del movimiento obrero. Hubo una rehabilitación y se construyó un pequeño trazado ferroviario subterráneo desde el equipamiento hasta la instalación. Veintitrés años después, la ampliación no se ha materializado, y el pozo San Vicente y su restauración intentan resistir a un abandono que se hace palpable tras la maleza y el presumible deterioro de parte de las construcciones.
Situación que podrá variar con la llegada de la nueva directora, Cristina Cantero, que tiene ante sí el reto de mejorar las cifras de visitantes. La ampliación sería una opción.
En 2002 se firmó el convenio para llevar a cabo dicha ampliación, y ese mismo año las instalaciones de San Vicente fueron restauradas para una escuela taller de Fucomi. Se adecuaron los antiguos talleres para acoger el museo, así como mejoras en la sala de máquinas, la lampistería, la cuadra de mulas y el castillete.
En 2010, el patronato del Mumi anunció que manejaba un primer estudio sobre los contenidos museísticos y su coste, por lo que los esfuerzos se centraron en tratar de obtener la financiación necesaria para ejecutar el proyecto. Eran necesarios unos 800.000 euros. La ampliación total fue presupuestada en 1,5 millones de euros, que procederían del Plan Complementario de la Minería.
Por fases
Sin la financiación conseguida, en 2015, en el Día de los Museos se realizaron dos viajes en tren desde el Mumi al pozo San Vicente, unos 280 metros; medio centenar de personas circularon por la galería subterránea hasta la caña del pozo San Vicente y ascendieron a él desde la jaula habilitada. Una vez arriba, no se pudo ver nada ante la falta de contenido. Desde esa fecha, poco más se ha informado de las intenciones del patronato de Mumi respecto a su ampliación.
El aparentemente olvidado Museo del Movimiento Obrero fue diseñado para complementar la oferta expositiva del Mumi. El plan original se dividía en dos fases. La primera incluyó la restauración de las dependencias de la antigua explotación minera, así como la construcción de una galería para conectar el Mumi con la mina, por la que discurriría un ferrocarril turístico que ascendería al pozo en ascensor.
La segunda fase contemplaba los contenidos del museo. Con las dos primeras fases finalizadas en 2008, el patronato del museo minero fue incapaz de conseguir la financiación necesaria para culminar la última fase.
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