Tres niñas de Lena se quedan sin transporte escolar
Residen en los núcleos de Llanos de Somerón y Bendueños, y no podrán acudir al centro tras quedar desierta la licitación de Transportes
Sin transporte, sin soluciones y a tan sólo un día antes de que empiece el curso escolar. Tres estudiantes de Llanos de Somerón y Bendueños ... no podrán acudir a sus clases en el IES Santa Cristina de Lena este martes, para disgusto de las menores y frustración de sus padres. ¿El motivo? La ruta que conectaba ambas localidades con el centro se ha suspendido tras quedar desierta dos veces la convocatoria.
Ambas familias afectadas, explicó Pablo Sánchez, supieron del problema «hace una semana», cuando el propio centro les avisó que tendrían que ser ellos los que llevaran y recogieran a las alumnas. Su hija, de Llanos, empieza tercero de la ESO este año y las otras dos niñas, de Bendueños, segundo.
A partir de entonces comenzó toda una odisea de llamadas a las diferentes administraciones responsables, aunque la primera de todas fue para «el taxista que estuvo años haciendo la ruta con el instituto y no dijo nada». Según estos padres, «tendría que haber hecho las cosas mejor y avisar que iba a dejarlo», dijo. En consecuencia, cuando el Consorcio de Transportes volvió a sacar a licitación la ruta ni un solo taxista de la zona se presentó, a pesar de que «aumentó la cuantía». Ninguna de las dos veces hubo respuesta y el consorcio lo retiró.
Sólo después, tras saber de la situación por los padres, algunos autónomos se mostraron interesados y dijeron no saber nada «de que había quedado libre» para este curso y, lamentablemente, los que actualmente «tienen otras rutas escolares en Lena no pueden hacer más de una».
Entre medias, reprochan los padres, «hay un baile de pelota» entre las administraciones, principalmente, señalan, entre la consejería de Educación y el Consorcio de Transportes que sólo han señalado el problema a las puertas de un nuevo curso escolar.
«Nuestras hijas no sólo tienen derecho a una educación, sino que también es una obligación y que no acudan a clase recaerá en nosotros», reprochó Sánchez. Sólo les han hablado de dos opciones. La primera de ellas, un pago al kilometraje de los padres por llevarlas a clase, algo que «no funciona porque no hay conciliación, ninguno de nosotros por horarios puede hacerlo».
La segunda es una subvención que pague la contratación particular, aunque esto tampoco es posible, pues roza los 20.000 euros al año y «advierten de que puede que no se cobre íntegra», un gasto inasumible para ambas economías.
Nos encontramos, concluyó este padre, «ante una situación ridícula y sinsentido donde yo veo que si hay una obligación la competencia es claramente educativa, más allá de los traspasos burocráticos o las licencias de taxi locales».
«Mi hija quedó llorando, dice que si hace falta irá caminando. Son 17 kilómetros hasta el instituto, tiene derecho a una educación, hay posibilidad de transporte y se va a tener que quedar en casa», reprocha Sánchez.
De salir una nueva convocatoria, calcula, «no será hasta dentro de unos meses» y el centro no podrá tomar medidas hasta después de tener que «constatar por escrito» que las menores no van.
Será entonces, añadió, cuando se podría plantear «alguna solución temporal» hasta que se restablezca el transporte, como enviar el temario o clases 'online'.
Sin embargo, eso conlleva perderse el instituto, «algo muy duro para estas edades». La joven «cumplirá 14 años pronto» y tendrá que empezar un nuevo curso sin sus compañeros y profesores, ella no lo entiende y yo tampoco».
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