Aitor García Corte

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Aitor García Corte
El alcalde de Bimenes acudió este martes a un acto en el Museo de la Sidra de Nava, donde estuvo acompañado de más regidores. Aitor ... García Corte (Gijón, 1980), de Asturianistes por Bimenes, atendió en este recinto a EL COMERCIO con ganas de dar su versión ante los hechos acaecidos en el municipio de Noreña –«donde me siento afayaizo»–, con su agria disputa con los tres concejales de Izquierda Unida en la villa condal, Francisco Javier Ardura, Matías Hevia y Liliana Díaz, que le han denunciado. Una cuestión que no afecta en su relación con su teniente de alcalde, Jorge Luis Sánchez Criado, que es de esa formación.
–¿Cómo lo sortea?
–Es que no hablo con él de este asunto. Esto no tiene que afectar a la gobernabilidad de Bimenes. Lo que pase con unas personas no se tiene que extender a todo un partido.
–Esta guerra con los ediles de IU, ¿de dónde surge?
–Del acoso al que tienen sometida a la alcaldesa de Noreña –Amparo Antuña–. En política ni todo vale ni todos valen. Y no por decir las cosas con buenas palabras estas son correctas.
–Pero acoso, ¿en qué sentido?
–Personal. Esto se pudo visibilizar en el funeral del marido de Amparo en 2020. Yo soy como si fuese de su familia. A este señor –decía en alusión al portavoz de IU en Noreña, Javier Ardura– se le invitó a marcharse del tanatorio, no pintaba nada allí. La hermana de la alcaldesa y yo mismo le pedimos que se fuera. Y en el funeral de la hermana de Antuña –el pasado octubre– este señor volvió. Eso es una provocación en toda regla.
–Usted se erige en defensor de Amparo Antuña. ¿No puede hacerlo ella o los miembros de su equipo de gobierno?
–Yo eso no lo sé, ahí no entro. A mí no me gustan las injusticias y no me gusta que haya gente que avasalle a los más débiles. Yo estaba en un acto público, no estaba como alcalde de Bimenes. Me encontraba en un acto privado, en un funeral, y no estaba haciendo política.
–Pero trascendió por esa denuncia de agresión de Ardura.
–Porque soy alcalde. Si fuera otra persona, no se habría dicho nada. Además, quedé absuelto.
–Y acudió al último Pleno de Noreña.
–Lo hice como ciudadano. A un Pleno puede ir todo el mundo.
–¿Iba a buscar a los ediles de IU? En el vídeo se ve cómo pide su dimisión tras la absolución.
–Quería exigirles responsabilidad, claro. Es que no vale todo. Estuvieron semanas paseándome por los periódicos y por las redes sociales contando cosas de mí que no eran verdad. Consentían insultos y ataques hacia mi persona.
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–¿Se le fue de las manos?
–No. ¿Por qué? No insulté a nadie. Ni amenacé. No hubo faltas de respeto.
–¿Vio el vídeo?
–Claro. Vi que me estaban grabando. Fue la edil Liliana, que ya estaba fuera del Ayuntamiento y volvió con el móvil en tono provocador.
–¿No se arrepiente de esa escena?
–Es que no creo que tenga que hacerlo. ¿Por qué? ¿Por qué hablé muy alto en un edificio que estaba casi vacío? Controlé en todo momento, no perdí los nervios.
–Aun así, la alcaldesa intentaba frenarlo.
–Porque a ella le incomoda todo esto. No me dio la palabra; hablé cuando había finalizado el Pleno. Yo estaba legitimado a acudir porque me convirtieron en un punto en un orden del día –en una sesión anterior– para poner contra las cuerdas al resto de grupos, para que votasen una moción condenando una agresión que se demostró no existió.
–Pues los tres ediles de IU le han denunciado, por lo del último Pleno.
–Solo exponen hechos y mienten. Hacen trampa. No estoy preocupado para nada, pero me molesta que todo esto me quita tiempo para trabajar por mi concejo, con estos folclores. Como cuando tuve que ir al juicio, que ni recurrieron. Nadie puede confirmar que hubo un cabezazo porque no lo hubo. Pero a ese señor le dio mucha vergüenza que alguien le plantara cara. Hasta tardó tres días en presentar la denuncia.
–¿Lo humilló?
–Mi única intención es que se largara de allí. Lo mismo pasó con el Pleno, lo convierten en un circo para intentar tener visibilidad, porque son políticamente irrelevantes. Tienen que recurrir a estas cosas para estar en el candelero.
–¿Le llama la atención que la dirección regional de IU...?
–Sí que me llama la atención ese apoyo a estos tres ediles. También me llama la atención que no esperasen ni que la denuncia se haya admitido a trámite para condenar algo... ¿Qué condenaron? Cómo no me va a sorprender. Estamos intentando ser ejemplo de valores como la transparencia o la justicia. ¿Y vemos esto? A esta gente le interesa politizar estas cuestiones.
En un momento de la entrevista, el alcalde de Bimenes, Aitor García Corte, quiso trasladar sus disculpas al grupo del equipo de gobierno de Noreña y al resto de esta Corporación –menos a IU– por lo ocurrido en el último Pleno en la villa condal. No obstante, desde el PP en este concejo se quiso condenar «todo acto de violencia y, más aún, en el salón de plenos de nuestro Consistorio. Dichas actitudes distan mucho de los valores y derechos que representa y defendemos desde el Ayuntamiento de la villa condal».
Desde el PP se asegura que Noreña «siempre ha mostrado su rotundo rechazo a la violencia y a la intolerancia y a favor de una rotunda defensa de la democracia».
«Es inaceptable, además, que dicha actitud cargada de ira, de insultos y de amenazas parta de un cargo público, cuando los políticos debemos ser los primeros en dar ejemplo de tolerancia, diálogo y respeto. Nunca nos olvidemos de que nos debemos a los vecinos a quienes representamos y de que ningún acto de violencia está nunca justificado», se afirma desde esta agrupación. No obstante, cabe destacar que en el vídeo –publicado en la versión digital de EL COMERCIO– no se escucha insulto ni amenaza alguna.
A pesar de ello, los populares exigen «una rectificación por parte del alcalde de Bimenes por un comportamiento intolerable e incomprensible, más aún, cuando lo ha hecho en la sede de la democracia de Noreña. Los noreñenses y nuestro concejo merecen un respeto que la actitud de Aitor García ha vulnerado».
El alcalde, en ese Pleno, sí que recriminó con voz muy elevada a los ediles de IU: «Me acusaron, me señalaron y me condenaron. Tienen que dimitir si les queda dignidad. Si no lo hacen, voy a dimitirlos yo». «Con todos los tarados que hay en España fueron a dar conmigo...», decía.
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