Siero impulsa un plan para proteger el pulmón de L'Acebera de Lugones
El Ayuntamiento quiere ampliar su superficie y ejecutar las actuaciones «para potenciar su uso público, su flora y fauna, y evitar la inundabilidad»
Preservar el pulmón de Siero: con ese objetivo el Ayuntamiento inicia el proceso para redactar el Plan Especial de Protección de la finca L' ... Acebera en Lugones, previsto en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El documento abarca, además, la redacción de un segundo Plan Especial de Protección de las riberas de los ríos Nora y Noreña, en las fincas colindantes, «potenciando su uso público, su flora y fauna, y ejecutando las actuaciones necesarias para evitar la inundabilidad no controlada en estos terrenos». Para la tramitación de ambos instrumentos se precisa también realizar la evaluación ambiental estratégica correspondiente.
Este Plan Especial, referido mayoritariamente a la propiedad municipal (con pequeñas afecciones a dos bosquetes que forman parte de las fincas de la familia Tartiere), no llegó a redactarse en su momento –en 2006– ni, por tanto, a plantear actuaciones concretas sobre su ámbito. «Teniendo en cuenta el indudable valor ambiental del conjunto de todos estos terrenos hay una necesidad de ordenar los usos, de modo que se pueda, a la vez, proteger y poner en valor los elementos naturales, preservando los espacios más sensibles, entre los que se encuentra el espacio arbolado de L'Acebera; resulta de indudable interés público proceder a la ordenación de toda la bolsa de suelo constituida por los terrenos municipales y parte de las dos fincas de los Tartiere (que acogen los dos bosquetes, separados por la AS-II y calificados como Verde Sistema General), a través del Plan Especial previsto en el PGOU», se recoge en la documentación técnica.
Asimismo, dentro de un proyecto integrado más amplio, «resulta de interés municipal ampliar los terrenos de uso y disfrute públicos hasta llegar a las riberas de los ríos Nora y Noreña, lo que afectaría a once fincas de particulares, de aproximadamente 145.000 metros cuadrados, cuya adquisición se efectuaría bien mediante mutuo acuerdo (compra o permuta) o, en su defecto, mediante expropiación». Todo ello, se señala, con el fin de «ejecutar las actuaciones necesarias para llevar a cabo una renaturalización de los cauces, que permita evitar en lo posible la inundabilidad no controlada de los terrenos, e incorporar la senda fluvial de conexión entre las rutas de Parque Principado y La Fresneda, dando continuidad a la matriz fluvial del proyecto global de grandes parques y protección de masas forestales del Ayuntamiento de Siero, facilitando la conectividad ecológica y paisajística entre las grandes áreas de espacios libres y conformando un gran anillo verde perimetral en torno a Lugones».
El ámbito de protección llegará así a superar el medio millón de metros cuadrados.
El Ayuntamiento ha contratado la redacción de este plan, con un presupuesto estimado de 35.000 euros y un plazo de ejecución total que puede alcanzar los dos años.
Una larga historia
Sus poco más de 360.000 metros cuadrados están poblados de árboles centenarios, especies vegetales únicas y, además, guardan los orígenes de lo que fue en su día la Fábrica de Pólvora de Santa Bárbara.
Fue Juan José Tartiere Lenegre, conde de Santa Bárbara, quien supo ver en este bosque todo lo que necesitaba para ubicar allí la fábrica en 1880: una zona bastante llana y con abundante arbolado, que serviría de barrera protectora para realizar las pruebas de explosivos. Además, siempre bien aprovisionada de agua por la proximidad del río Nora. Su localización, entre las vías que ya comunicaban Oviedo, Gijón y Avilés, acabó convirtiendo el lugar en el enclave perfecto para que, solo dos años después, en 1882, la fábrica iniciara su actividad.
La industria gozó de gran prestigio y se mantuvo activa hasta la década de 1970. En 1982, toda la finca pasó a ser de titularidad municipal, al comprarla el Ayuntamiento por ochenta millones de pesetas. En aquel entonces, el espacio era mayor que el actual, ya que algunas partes de la finca fueron ocupadas para desarrollar las grandes vías de comunicación del centro de Asturias, y se conservaban también algunos de los edificios de su pasado industrial, que se deterioraron rápidamente debido al abandono.
Pocos años después, el Principado rehabilitó algunas de las zonas ajardinadas y creó espacios de ocio y merenderos, pero no fue hasta 2001 cuando el Ayuntamiento puso en marcha un plan de recuperación de este espacio verde.
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