Una colonia de gatos enfrenta a Quintueles con una protectora de Gijón
Locura Gatuna plantea que pasen a «control municipal», mientras que los residentes piden que los trasladen a un centro especializado
Una colonia de gatos callejeros en la playa de la Ñora, en Quintueles (Villaviciosa), enfrenta a los vecinos de la zona y ... a una protectora de animales gijonesa, la Asociación Locura Gatuna, que actualmente se hace cargo de ellos. Parte de los residentes llevan una temporada protestando por la «insalubridad» que conlleva tener estos animales tan cerca de las casas, además del peligro que supone que la colonia esté actualmente instalada «muy cerca de la carretera».
Señalan que «por ahí pasan cientos de coches», principalmente los fines de semana para bajar a la playa, por lo que consideran que hay un riesgo constante de que los conductores se crucen con alguno de estos gatos.
Monitorizados por la entidad desde hace dos años, actualmente estos animales, asegura la protectora, están «cuidados, alimentados, esterilizados y con atención veterinaria cuando hace falta», además de que su espacio, en una finca cercana al restaurante Lola Melón, cuenta «con el permiso del dueño de ese terreno».
«No deberían molestar a nadie y no están descontrolados», asegura Sonia Acedo, miembro de la asociación y responsable de la colonia. Aun así, añadió, «nos tiran de todo porque no los quieren allí, lo destrozan y quitan todo lo que tenemos para intentar deshacerse de ellos; les azuzan a los perros e incluso nos llegaron a entrar con un tractor para destruirlo».
También han denunciado ante la Guardia Civil el robo del pienso para alimentarlos y de las cámaras de videovigilancia. Ahora, ya no se tiene constancia de que los 23 gatos de la colonia sigan igual.
«Los atendemos con nuestro dinero y las aportaciones de la gente, pero es la única colonia que tenemos fuera de nuestra área. Yo soy la que conduce todos los días desde Gijón para cuidarlos y no es fácil», señaló.
Caseta de palés
Por su parte, algunos de los vecinos dudan realmente del «control veterinario» que se pueda tener realmente sobre una colonia de animales que vive en la naturaleza, además de que existe el peligro de que «se contagie algo a las mascotas propias de los vecinos», especialmente los gatos caseros.
«Deberían de estar en un centro de animales, especializado para estos casos, y no en una caseta hecha de palés en el monte. Se cuelan en todas partes y eso no puede ser», subrayaron algunos de los vecinos más afectados por la colonia. La protectora a cargo de estos animales plantea como solución que la colonia gatuna de La Ñora pase a manos del Ayuntamiento.
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