Jorge García Álvarez
«No se están plantando manzanas desde hace unos años y no llegamos a las mil hectáreas. Hay que prestar atención a la materia prima»
Jorge García Álvarez (Pola de Siero, 1964), ingeniero agrónomo y experto en pomología, es el director de Producción Vegetal de Campoastur. Ahora suma a su ... trayectoria profesional el ser el nuevo presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias, estableciendo el trabajo en equipo entre llagareros y cosecheros como línea de trabajo durante su mandato.
–Asume la presidencia del consejo con la experiencia de Campoastur a sus espaldas, ¿cuáles son los objetivos?
–Tenemos acordada una línea general de trabajo a desarrollar. Se eligió por unanimidad en junta y se basa en buscar la unión entre cosecheros y llagares. Una muestra de ello es cómo va a ser la presidencia estos cuatro años. Será bicéfala, entre el llagarero José Luis Piñera, el vicepresidente, y yo, a nivel de funciones. Trabajaremos conjuntamente para buscar objetivos en común para ambas partes.
–¿En qué se basará esa estrategia conjunta?
–Las labores principales del consejo regulador de la DOP, son el control de la defensa de la marca de calidad Sidra de Asturias y la promoción, la más importante. Ahí es donde se va principalmente el presupuesto, por lo que arrancaremos con una campaña de publicidad que ya está aprobada y que entrará en funcionamiento el año que viene. Tenemos que dar con la tecla adecuada para llegar al consumidor, sensibilizarlo.
–¿Hacia algún aspecto en concreto?
–La producción de manzana. No se está plantando desde hace unos años y no llegamos a las mil hectáreas, así que no hay una renovación de cultivo, está estancado y envejece, con lo que llegará un punto en el que ya no produzca. Hay que prestar atención a la materia prima, por eso estamos usando la frase de 'volver a ilusionar a los cosecheros'. Esa es nuestra responsabilidad porque si no actuamos a tiempo, veremos las consecuencias.
–¿De qué tipo?
–En la sidra hecha con manzanas asturianas todo es una cadena. El consumidor está a la cabeza, es el que tira de la cuerda y no está consumiendo suficiente sidra con Denominación de Origen como para que funcione.
–¿Por qué cree que ocurre?
–Por desconocimiento, porque cuando ve una botella verde piensa que todo lo que contiene es de Asturias y están equivocados. Así que el primer reto es llegar a él, que beba sidra asturiana, si lo hace, los llagares producen cada vez más porque lo pide el mercado y a más producción, más demanda de manzana, así que se cosecha más.
–¿Cuál sería el mensaje más directo?
–A través de las campañas de promoción queremos llegar primero a los asturianos, tienen que saber que si no beben más sidra asturiana con Denominación de Origen, en diez años nos quedamos sin pomaradas en la región. Creo, sinceramente, que si lo saben, pedirán la botella DOP antes.
–Habla del consumidor y del cosechero, ¿algún plan para el llagarero?
–Ellos también forman parte de la cadena. Si a los cosecheros hay que ilusionarlos, a los llagareros hay que decirles que apuesten. Si no hacen sidra con DOP y la hacen con manzana de fuera, ya no es necesaria la asturiana, así que no se planta.
–¿Qué tienen planeado para revertir esta situación?
–Se desarrollará el documento que escribió en su día la Mesa de la Manzana, compuesta por productores, llagareros y técnicos, entre otros. Eran 6 o 7 puntos que hablaban de revertir la situación, los datos que hacían falta en el sector, cómo mejorar la productividad, la imagen, ayudas para plantar, información, investigación y cómo coordinar los mercados con la vecería de la manzana. Es un documento que se envió a la Consejería de Medio Rural.
–¿Hay medios para conseguirlo?
–Sí, con un crecimiento programado y paulatino es posible.
«El escanciado es una seña de identidad que hay que conservar y potenciar»
–Cada vez se ven más escanciadores eléctricos en los bares, ¿la DOP lo ha notado?
–El escanciado es una seña de identidad de la sidra natural tradicional y de Asturias. No se puede sustituir, es algo único y especial que forma parte de nuestra cultura sidrera y cuenta con el respaldo del nombramiento de la Unesco. Pienso que es una tradición que hay que conservar y potenciar.
–Así que, ¿el escanciador tradicional perdurará?
–Sí. En la hostelería aturiana hay una especialidad asociada y en las sidrerías lo ves, lo piden y se escancia sin ningún problema. Se pone en valor constantemente gracias al consumidor.
–Él lo decide todo...
–Siempre. Marca el mercado y la cadena de producción.
–¿Cómo ha sido la venta de sidra DOP?
– En los últimos cuatro años, basándonos en las contraetiquetas que se expiden, la venta de botellas de Denominación de Origen ha aumentado poco a poco. Contamos unas 4.600.000 etiquetas, lo que supone una evolución positiva del 5%, aunque no llegamos al 20% del consumo total de sidra.
–¿Y el ochenta restante?
–Sidra que no es con manzana asturiana. Por eso es tan importante la campaña de concienciación, la diferencia en el bolsillo para el consumidor es ridícula, de 50 céntimos por botella.
–Pero marca el cambio para todo lo demás...
–Exacto. Uno de los puntos que hay que mejorar y que trató la Mesa de la Manzana era la rentabilidad. Es decir, se dejó plantar manzana porque ya no era rentable para el productor. Lógico, ¿quién hace una inversión si no le va a sacar rendimiento?
–Eso es lo que se quiere revertir.
–Sí. Con la subida vamos poco a poco, pero algunos piensan que va demasiado lento.
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