Mari Carmen Bastían, de Casa Nicasia, feliz retiro tras 58 años al fogón en Quintueles
Maestra cocinera de les llámpares en Les Mariñes, siempre recordará «todas las recetas» que aprendió en la familia
«¿Sabes lo que me toca ahora? Descansar, me lo he merecido, ahora cocino para mí». La maestra de los fogones Mari Carmen Bastián –o 'Mari la de Casa Nicasia'– disfruta ahora de su ansiada jubilación tras 58 años sin parar en la cocina de Casa Nicasia, en Quintueles, local al que le une toda una vida.
Su andadura en la cocina casera que volvió tan famoso al local comenzó en 1967, cuando se casó con Enrique Piñera, hijo de Nicasia, la dueña que fundó el restaurante en 1942. De su suegra, recuerda con cariño, lo aprendió todo. «Yo ahí entré cuando ella se jubiló y siempre seguí su norma: en el restaurante se cocinaba con mimo. De ella vienen todas las recetas que luego mi hijo servía en el comedor», destacó esta vecina de Peón.
En su comedor se sentaba gente de toda Villaviciosa, principalmente de la zona de Les Mariñes, pero también «mucho gijonés». Ella, personalmente, recuerda mucho «los domingos después de misa» de hace años, con su bar junto a la iglesia parroquial de San Clemente de Quintueles, «el vermú era casi sagrado», bromeó.
Su cocina se especializó en la gastronomía asturiana, pero «siempre hecha en cocina de leña», una tradición que Nicasia comenzó y que Mari continuó durante todos sus años en el restaurante. La fabada, el pulpo y les llámpares eran los platos estrella, dijo Bastián, aunque este último era el que más se pedía. Sin contar «los de temporada, el bonito de aquí se comió mucho».
Casa Nicasia fue uno de los restaurantes que sentó las bases de les llámpares como plato estrella de la zona; su estela la siguieron el resto de locales de Les Mariñes durante años y fue todo, recordó Mari Carmen, gracias a los logros de su suegra, «una mujer trabajadora y muy luchadora, no tenía estudios, pero sabía lo que hacía».
A sus 81 años, Bastián decidió echar el cierre del restaurante y el pasado 30 de marzo sirvió sus últimas comandas. Sin relevo que continúe al mando del local, Casa Nicasia ha quedado «para ella», para «disfrutarla», pero no descarta alquilar el local en un futuro, «nunca se sabe».