«Hay que recuperar la esencia de Valdediós, se echa de menos una comunidad monástica»
El hasta ahora cura de Villaviciosa se prepara para formar parte del Real Sitio y defiende la necesidad de hacer frente al «neopaganismo»
Gonzalo Suárez (El Escampleru, Las Regueras) pone fin a su etapa como párroco en Villaviciosa antes de trasladarse al Real Sitio de Covadonga. Han ... sido seis los años que Suárez ha estado al frente de Santa María de Villaviciosa, Santa Eulalia de Carda y Santa Eugenia de Los Pandos, además de ser el capellán del monasterio de las monjas clarisas. Seis años que se acaban estos días. Suárez ya no pronunciará este domingo la homilía en la misa de Nuestra Señora del Portal. Será su sucesor en el puesto, Celestino Riesgo Iglesias, quien se estrene en estas labores, justo un día después de tomar posesión, lo que hará el día anterior, el sábado, a las 20 horas en la iglesia de Villaviciosa.
A punto de pasar a formar parte, como canónigo, del Real Sitio de Covadonga, Suárez hace balance de una etapa en Villaviciosa que ahora toca a su fin y que echará de menos. «Siempre se echan de menos las vivencias y sobre todo las personas, más que los hechos, las fiestas o personas», apunta el sacerdote, que inicia una nueva etapa a sus 71 años.
Suárez valora, sin duda, la elevada implicación y participación de los vecinos de Villaviciosa en todas las celebraciones religiosas, que no son pocas, que se organizan en la capital maliaya. Aunque sí aborda la masiva asistencia a fiestas como la de Nuestra Señora del Portal, que este domingo viven su día grande, con un cierto espíritu crítico, desde el punto de vista de la religiosidad.
«No cabe duda de que hay una gran participación, aunque cho de menos un poco más de experiencia de fe. La expresión folclórica muchas veces desvía del único objetivo importante, ver la figura de María y tener experiencia de fe», sostiene. Una situación que entiende no se ve sólo durante las fiestas del Portal, sino que también encuentra en otras celebraciones religiosas. Aunque destaca, eso sí, que en general en Villaviciosa se encontró con una «comunidad colaborativa».
Hace seis años Suárez llegaba a Villaviciosa después de catorce años en las cuencas. «Fue mucho el cambio. Es muy distinto en Villaviciosa que en las cuencas.
«Tradición de fe»
Aunque no podría matizar sí quizás la gente de las cuencas es más cercana pero la de la villa, más piadosa«. »En Villaviciosa existe una tradición de fe y eso me enriqueció«, resaltó.
A la hora de resumir esos seis años, Gonzalo Suárez se acuerda de las «muchas» obras que se pudieron acometer en la parroquia, siempre «con ayuda de los feligreses». También permanecen en su memoria muchas celebraciones de sacramentos. «Cuidé cuanto pude la palabra de Dios y como tengo cierto edad un también recogí la experiencia pastoral de los lugares donde estuve», añade.
También valora la denominada ruta de los belenes, que nació hace diez años en Villaviciosa y no ha dejado de crecer en visitantes desde entonces. Todo un éxito que destaca aunque vuelve a apuntar que no hay que olvidarse de lo que considera es lo esencial: «Es una ocasión de dar sentido cristiano a l Navidad, no el sentido neopagano de sólo cenas y regalos». Planteamiento que extiende a la Semana Santa en Villaviciosa, sumándose a quienes defienden la necesidad de incidir más en lo religioso y menos en su componente turístico.
«La Semana Santa en Villaviciosa la he vivido con intensidad, frente a esas corrientes neopaganas», indica mientras reconoce que no todos los que acuden a la capital maliaya lo hacen movidos por la religiosidad aunque hay quienes sí: «Algunos vienen a ver, aunque también hay quien llega para participar».
«Covadonga es el corazón espiritual de Asturias», dice el nuevo canónigo del Real Sitio
También tuvo palabras para el monasterio de Valdediós, donde ahora hay tres personas, un cura u dos monjas, pertenecientes a la Comunidad de la Presencia del Señor. Suárez aboga por tratar de recuperar la actividad en el cenobio. «Siempre echamos en falta una comunidad monástica en Valdediós», reconoce, aunque es consciente de las dificultades para que una orden se haga cargo de este conjunto monástico.
«No es fácil ni posible en este tiempo de cierres, de retrocesos en todo y de reagrupación de comunidades. No es el mejor momento para algo floreciente», asume. No obstante, le gustaría que se pudiera «mantener la esencia del monasterio», trabajar para que Valdediós pueda volver a ser «lo que siempre fue».
A punto de pasar a formar parte del Real Sitio, se marca como guía en esta etapa « integrarme en el cabildo de canónigos y hacer lo que pueda». Covadonga, recalcó, «es el corazón espiritual de Asturias».
Y a su sucesor se permite trasladarle un consejo para abordar esta nueva misión: «Que sea él mismo y de que mantenga lo esencial. »Que se sitúe ante lo accidental, siguiendo las palabras de san Agustín«.
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