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Una de las integrantes de la Plataforma Asturias Feminista, con una bengala malva, ante la pancarta de cabecera. Foto: Juan Carlos Román | Vídeo: Diego Abejón

Asturias se alza como freno al negacionismo: «Aquí estamos, somos la ola que no se detiene»

Más de 6.000 personas participan en la gran manifestación por el 25N que el feminismo asturiano centralizó en Avilés

Chelo Tuya y Soraya Pérez

Gijón | Avilés

Martes, 25 de noviembre 2025, 19:36

«¡No somos víctimas. Somos respuesta. Somos fuerza. Somos multitud. Somos la ola que no se detiene». Asturias clamó este martes, 25 de noviembre, contra la violencia machista y como freno al negacionismo. Y lo hizo en una manifestación unitaria en Avilés con una promesa: «Hoy renovamos la promesa colectiva: ni un paso atrás». Y con un deseo: «Nos queremos vivas, libres y combativas hasta que el machismo no nos cueste la vida».

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La canción 'Vivir sin miedo' sonando de fondo mientras desde el balcón del Ayuntamiento de Avilés se hacía visible una lona con los nombres de las mujeres asesinadas este año por sus parejas o ex pusieron el punto final a un 25N marcado por la unidad frente al negacionismo.

Si ya, por la mañana, en el acto institucional celebrado en Grado, el presidente regional, Adrián Barbón, dejó claro que «Asturias no dará un paso atrás», desde las siete de la tarde las calles de Avilés eran un hervidero con la misma sintonía. Ante un negacionismo de una violencia que lleva asesinadas a 39 mujeres en lo que va de año, que crece basado en bulos, cientos de personas dejaron claro que Asturias «será la tumba del machismo».

O espera serlo, porque en este 2025 no queda el Principado fuera del listado tan negro como sonrojante. El de las mujeres asesinadas por sus parejas o ex. Entre las 39, tres nombres se gritaron con más fuerza. Los de Karilenia Charles, Susana Sierra y Lola Fernández. La primera, asesinada el 31 de enero en Sama, acuchillada en plena calle por su pareja, figura, además, en la página inicial del listado de feminicidios. Sobre la segunda, cuyo cadáver apareció en un cubo de basura de casa de su pareja, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) sigue creyendo que el caso no debe pasar a los juzgados especializados. Y la tercera, que murió en Pola de Laviana, en su cama, de la que no podía levantarse por sí misma, debido a los martillazos y las puñaladas que le propinó su marido, abrió la espita sobre los falsos asesinatos 'por compasión', ya que ella tenía 86 años y su asesino, 90.

Para los manifestantes, entre los que se encontraban la vicepresidenta, Gimena Llamedo, el consejero de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico; la viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González; el director general de Consumo, Faustino Zapico, y la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado y la directora de Igualdad, Vanesa Fernández, «no hay crímenes pasionles ni por compasión». No acudieron a la cita dos fijos en estas manifestaciones: el presidente regional, Adrián Barbón, y la delegada del Gobierno, Adriana Lastra.

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«Tú que nos miras, únete»

Habrían pasado, no obstante, desapercibidos en el mar de camisetas, pañuelos, paraguas y pancartas de color malva. Portadas por representantes de las entidades feministas, como 8M Asturias, Plataforma Feminista, Federación Asturiana de Mujeres Progresistas, Cavasym, Tertulia Feminista Les Comadres, Libres y Combativas, Sindicato de Estudiantes, además de entidades sindicales y la casi totalidad de los grupos políticos, con excepción de Vox.

Como explicó la portavoz de la plataforma, Ana García, de 8M Asturias Feminista, «las violencias ejercidas sobre las mujeres siguen manteniéndose y por eso es importante que la gente participe. La drecha ha intentado que los derechos de las mujeres retrocedan, y no lo podemos permitir».

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Por ese motivo, durante la marcha, entre los eslóganes más coreados el «Tú que nos miras, únete» con el que las manifestantes llamaban a participar a quienes miraban la marcha desde las ventanas, aceras, bares o comercios. Porque, como dijeron en el manifiesto, «nuestro feminismo es interseccional, la lucha es de todas: de las mujeres migrantes, de las gitanas, de las que tienen diversidad funcional, de las rurales, de las mayores...»

Precisamente, estas últimas han sido las protagonistas de la campaña institucional del Principado, 'Ver, oír y no callar. Rompe el patrón', ya que en los Centros Asesores de la Mujer (CAM) se están detectando casos de víctimas de violencia machista con más de 65 años. Muchas de ellas, vecinas de zonas rurales, con lo cual la invisibilidad que parece cubrir a las mujeres sexagenarias se incrementa ante la imposibilidad de acceder a los servicios disponibles en la zona urbana.

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Las feministas, por su parte, pusieron el foco «en el patriarcado, en los agresores, en el silencio que durante siglos ha querido callar nuestra voz». A todos ellos, el grito común: «El machismo nos cuesta la vida. Cada agresión nos atraviesa a todas y cada feminicidio es una herida colectiva».

Una herida tan colectiva como muchas son las formas de causarla. Así, el movimiento feminista asturiano denuncia «las violencias machistas en todas sus formas: la física, la que sufren las mujeres con discapacidad, la económica, la laboral, la digital, la mediática, la sexual, la institucional y la vicaria». Frente a todas ellas, exigen «justicia feminista, real y sin revictimizaciones», como la que sufren las víctimas durante su paso por las diferentes etapas que van desde la denuncia hasta, en caso de ser creídas, la condena del agresor.

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Sistema educativo

La defensa de los derechos sexuales de las mujeres y, sobre todo, del control de su propio cuerpo, sin que nadie crea que hay acceso libre a él, fue otro de los argumentos que incluye el manifiesto. Tras la agresión sexual sufrida por una activista de Femen, que vio como un hombre le tocaba el pecho ante la impasividad de todos, el feminismo asturiano reclama «nuestros cuerpos como territorios libres. Libres de acoso e imposiciones. Por eso gritamos ¡Educación sexual para elegir!» y «un sistema educativo público, laico y feminista».

En un ambiente festivo, sin que se registraran incidentes, las cifras finales nunca son coincidentes. Para la organización, más de 6.000 personas. Para la Policía, más de 2.000. En todo caso, miles de personas que se manifestaron para que, como decía una de las participantes, Cristina Suárez, «quiero que mis hijas puedan tener más derechos y libertades de los que yo tuve y, sobre todo, que no tengan miedo de ningún hombre».

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Hombres feministas hay muchos, como se hizo evidente en una protesta en la que también hubo gran representación de gente jóvenes, tanto chicas como chicos, y de mujeres de todas las edades.

Y desde Avilés, las feministas no se olvidaron de clamar también por las mujeres que lo tienen mucho peor: las de Palestina, Sáhara, Irán, Afganistán. Países donde el machismo cuesta vidas a diario.

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