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Brian Johnson no estuvo, pero podría. Los 78 años que le caen en octubre le convierten en coetáneo de muchos de los 3.000 asturianos reunidos desde el mediodía Cudillero. Los mismos que aplaudieron al ritmo del mítico vocalista de AC DC el comienzo de la XXV Asamblea de la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado (FAMPA). Cierto que antes y después sonaron los sones de la Banda de Gaitas 'Avante Cuideiru', además de las voces del Coro Mixto San Pedro, pero como dijo el conductor de la cita, el actor Pedro Durán, «esto es el mayor espectáculo del mundo: 105 asociaciones, más de 60.000 asociados», sin olvidar que la población mayor de 65 años lidera la pirámide poblacional de Asturias. Lo que convierte a los ya jubilados «en un lobby de poder. Para hacer cualquier cosa, tienen que contar con vosotros. Que si vosotros presionáis, acaban haciendo lo que vosotros queráis».
Y lo que los 3.000 mayores reunidos en Cudillero quieren es lo mismo que el resto de pensionistas españoles: «Que se blinden las pensiones en la Constitución. Que se garantice la subida del IPC». Así lo clamó el presidente de la FAMPA, el pixueto Cesáreo Marqués, que antes del inicio del acto presumía ante la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo, de que «soy abuelo. Estoy feliz».
Llamedo encabezó una nutrida representación política. «A mí me contratan en muchos eventos, pero pocas veces como hoy veo a tanto político», bromeó Durán. Sin embargo, lo cierto es que tras la vicepresidenta, que también es la consejera de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo, estaban no solo el alcalde de Cudillero, Carlos Valle, sino también la consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Marta del Arco; el director general de Promoción de la Autonomía Personal y Mayores, Enrique Nuño; la gerente de Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), Nerea Monroy; la vicepresidenta de la Junta General, Celia Fernández; la presidenta de la Federación Asturiana de Municipios, Cecilia Pérez y la diputada del PP Beatriz Polledo, entre otros.
Marqués aprovechó su discurso no solo para reclamar el blindaje de las pensiones, sino para defender «la sanidad pública». Explicó que «los mayores estamos de acuerdo de la colaboración con la sanidad privada para acabar con las esperas, pero rechazamos la privatización de la sanidad». Entre los aplausos de los asistentes, mostró su apoyo «a la estrategia contra la soledad no deseada que ha puesto en marcha el Principado», pero sumó más peticiones: «el fin de la brecha digital», porque, aclaró, «la inclusión digital no debe ser un lujo».
Cogiendo el testigo de la última petición del presidente de la Fampa, en su discurso la vicepresidenta del Principado anunció «una ruta digital que va a llegar a los pequeños municipios», que se sumará a las 21 aulas que para el acceso a internet y el manejo de las nuevas tecnologías financia en toda la región. Gimena Llamedo les trasladó un abrazo del presidente regional, Adrián Barbón, «que no ha podido estar aquí, pero que ya ha demostrado que la atención a las personas mayores es una de su prioridad». Recordó ella que «el presidente siempre recuerda que fue criado por sus abuelos, algo que también me pasó a mí». Por ello, ambos tienen claro que «hay que garantizar la participación de los mayores».
Porque, como había dicho el primero en hablar, el alcalde de Cudillero, «vosotros sois la generación que nos lo dio todo. Que hizo que todos tengamos derechos que no son regalos, sino conquistas». Por ello, él mismo enarboló la bandera «del blindaje de las pensiones. Deben estar selladas en la Constitución».
Si bien sus intervenciones fueron muy aplaudidas, los aplausos más calurosos, se los llevaron tres personas: Lola San Martín, la eterna presidenta de la FAMPA, que el 8 de septiembre recibirá la Medalla de Asturias; el fallecido presidente durante veinte años de la Asociación de Vecinos Cristo del Buen Viaje, de Figueras, José Antonio Villar, y una de las voluntarias más implicadas, Carmen Fernández. Ella, así como la viuda de José Antonio, recibieron la medalla de la FAMPA, además de una distinción de Cudillero. La próxima cita, la veintiséis, ya está en marcha. El año próximo, en Pola de Laviana. La idea es que, en esa ocasión, en lugar de reivindicar, haya que celebrar que las pensiones ya están blindadas.
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