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Una de las personas que mejor conocen la zona es José Antonio Saénz de Santamaría. Exdecano del Colegio de Geólogos, comenzó su carrera profesional en ... las obras de construcción del Huerna (AP-66), y le tocó supervisar el tramo donde ha tenido lugar el accidente. Con las primeras imágenes tiene un diagnóstico claro: «La zona es peligrosa, toca estudiar ladera arriba y trabajar desde allí para darle seguridad. Nos vamos a una obra que puede llevar semanas, incluso uno o dos meses». Otros especialistas en carreteras con décadas de experiencia en estas actuaciones matizan que en efecto la contención definitiva de la ladera llevará tiempo «pero metiendo maquinaria en cuatro o cinco días puedes habilitar un paso provisional que permita el tráfico, con restricciones y condiciones de seguridad aceptables».
Según explica Sáenz de Santamaría, la zona está compuesta por «pizarras y areniscas del carbonífero inferior. Puede tener también alguna capa de carbón». Se trata de un macizo que ya al construir la autopista se vio que «estaba debilitado, de ahí las bandas de bulones cosidos a la roca que se aprecia en la zona del desprendimiento. Eso se puso para que aguantara, y ha aguantado 50 años. Son de 1977».
¿Qué ha pasado para que deje de contener la ladera? Para tener las respuestas hacen falta más datos, previene. «La casuística de este tipo de desprendimientos es muy variada. Hay algunos que desmigajan antes y avisan, y otros pueden venirse abajo de golpe», ilustra. Según se comenta en el sector entre las labores de prevención de la autopista estaba una revisión anual de los desmontes, verificando en especial la tensión de los bulones. «Puede ser que algunos, después de tanto tiempo, hayan perdido la tensión, quedando el macizo descomprimido; la entrada del agua y la presión habrían hecho el resto», indica a modo de hipótesis.
A su juicio el primer paso ahora será «volar un dron para conocer mejor en qué punto ha roto, y cómo está. Hay que analizar también si llovió mucho y la altura de desmonte, para conocer la presión de agua a la altura de la calzada». «Hay mucho que analizar antes de actuar porque la zona es peligrosa», insiste. «Lo suyo es trabajar de arriba hacia abajo, para dar seguridad a quienes trabajan en la zona de calzada», anota.
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