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Los hijos mayores de Aurelio Menéndez, Mercedes y Aurelio, recibieron al Rey Felipe VI a la entrada del tanatorio de La Paz, en Tres Cantos.

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Los hijos mayores de Aurelio Menéndez, Mercedes y Aurelio, recibieron al Rey Felipe VI a la entrada del tanatorio de La Paz, en Tres Cantos. FOTOS IÑAKI MARTÍNEZ

El Rey arropa a la familia de Aurelio Menéndez en la despedida a «un referente de la Transición»

Felipe VI acudió a primera hora de la tarde al tanatorio de Tres Cantos y la Casa del Rey envió una gran corona de flores como muestra de respeto

MARCO MENÉNDEZ

MADRID.

Viernes, 5 de enero 2018, 03:09

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El Rey quiso despedirse de quien fuera su preceptor, su maestro durante muchos años, y a primera hora de la tarde de ayer acudió al tanatorio de La Paz, en Tres Cantos, donde estaba instalada la capilla ardiente de Aurelio Menéndez, maestro de juristas, que falleció anteayer en la capital de España, a los 90 años. Los hijos mayores de Menéndez, Mercedes y Aurelio, salieron a recibir a Felipe VI a las puertas del tanatorio y después este último acompañó a toda la familia durante unos entrañables minutos. Como es habitual, Su Majestad mostró una gran cercanía con la familia de quien fuera su profesor de Derecho Mercantil y tutor durante la carrera en la Universidad Autónoma de Madrid, entre 1988 y 1993. Por eso, no es de extrañar que la corona más grande que se vio en el funeral celebrado ayer en Madrid fuera la de la Casa del Rey, con flores rosas, rojas y amarillas, y la leyenda de 'Sus Majestades los Reyes'. Durante más de un cuarto de hora, el Rey trasladó su pesar a los familiares de Menéndez, un gesto que agradecieron de manera visiblemente emocionada.

También numerosos representantes de todos los ámbitos de la sociedad asturiana y madrileña quisieron despedirse ayer de Aurelio Menéndez. Durante la mañana acudieron al tanatorio el cardenal Carlos Osoro y el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo. Ya por la tarde, entre otros, se pudo ver a los exministros Rodolfo Martín Villa y José Pedro Pérez Llorca, Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno; Álvaro Cuesta, vocal del Consejo General del Poder Judicial; Matías Rodríguez Inciarte, presidente de la Fundación Princesa de Asturias; Rafael Lobeto, ex director general de la Marina Mercante; el periodista Diego Carcedo; el presidente y el vicepresidente del Centro Asturiano de Madrid, Valentín Martínez-Otero y Andrés Menéndez, respectivamente; y muchos exalumnos del jurista y excompañeros de profesión, especialmente del despacho de abogados Uría Menéndez, del que Aurelio Menéndez fue cofundador junto al también asturiano Rodrigo Uría en 1973.

En la capilla del tanatorio tuvo lugar un oficio religioso que fue presidido por el padre Ángel, íntimo amigo de Menéndez y su esposa, quienes solían acudir junto a sus hijos y nietos a la iglesia de San Antón, de la que el cura mierense es párroco desde hace muchos años.

El padre Ángel, muy afectado, afirmó que «cuando un amigo se va, algo tuyo se va». Y lo dijo dirigiéndose directamente a los hijos de Aurelio Menéndez: Mercedes, Aurelio, Belén, Begoña, Pablo, Rodrigo y Gerardo. «Era una buena persona. Nunca encontré nadie que hablase mal de Aurelio», indicó el párroco, que aseguró que Menéndez «fue un referente en la Transición y, también, después».

Hombre de concordia, tolerante, serio, querido por la Casa del Rey y por todos los partidos políticos. Algo difícil de conseguir, en opinión del padre Ángel, que dijo que Aurelio Menéndez «era una de esas personas que no necesitaba el apellido».

«Una familia muy buena»

También resaltó la fuerte vinculación de la familia del jurista, con sus siete hijos y una treintena de nietos, «una familia muy buena». El sacerdote lo tiene claro: «Si me preguntan a mí, de Aurelio Menéndez solo puedo decir lo que nos gustaría que dijeran de nosotros. Una muy buena persona y maestro en la vida. Era un hombre prudente, al que vi dar numerosos consejos. Es de esos asturianos de los que podemos estar orgullosos». El sacerdote también leyó una poesía escrita por el propio Menéndez en la que relataba que al final de sus días quería descansar en Asturias, «junto al mar» que tanto quiso.

En su homilía no podía faltar la figura de la esposa de Aurelio Menéndez, Mercedes García Quintana, fallecida el 31 de julio de 2007, resaltando lo unido que siempre estuvo el matrimonio.

El padre Ángel también habló de los últimos momentos del jurista, ya que fue el encargado de darle el sacramento de la extremaunción y recordó cuando «le cogí la mano». La familia también quiso tomar la palabra y fue uno de sus nietos el encargado de leer la epístola.

No será esta la única despedida a Aurelio Menéndez, cuyo entierro se celebrará hoy en Gijón. El cuerpo será trasladado esta mañana a la ciudad y la capilla ardiente quedará instalada, a partir de la una y media de la tarde, en el tanatorio Noega, situado en la calle de Paquet, en Jove, donde serán muchos los asturianos que acudan a trasladar sus condolencias a la familia.

A las cinco de la tarde, en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, se celebrará una misa por el eterno descanso del insigne jurista a la que tienen previsto asistir el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, y el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso.

A continuación, los restos mortales de Aurelio Menéndez serán trasladados al cementerio de Ceares. Allí recibirán cristiana sepultura en el panteón familiar, donde desde hace algo más de diez años reposan los restos de su esposa, Mercedes García Quintana.

Además, el lunes se oficiará un nuevo funeral en Madrid. En esta ocasión será en la iglesia parroquial de San Antón, a partir de las ocho de la tarde.

El encargado de celebrarlo será el propio padre Ángel, que ha decidido hacerlo debido a las numerosas llamadas que recibió excusándose por no poder acudir a las exequias celebradas con anterioridad debido al periodo vacacional. Se espera que en el oficio del próximo lunes sean numerosas las personas que acudan al templo madrileño a despedir a Aurelio Menéndez.

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