Asturias, en la zona de riesgo donde caerá una sonda de la antigua URSS

Fue la primera mitad de los setenta la gran época de la exploración espacial de la Unión Soviética. Desde la Ciudad de las Estrellas, los cosmonautas, que era como en la URSS llamaban a lo que en occidente se denominaba astronautas, obtenían la formación necesaria para conquistar el espacio y desde allí se idearon los cohetes, satélites y sondas de exploración que despegaban desde el cosmódromo de Baikonour. El ambicioso programa espacial soviético convirtó al antiguo imperio comunista en el dominador del espacio, en dura competencia con los EE UU. Fueron los primeros en poner en órbita a un hombre, Yuri Gagarin, el primer satélite (el Sputnik), los primeros paseos espaciales, los primeros en posar un objeto sobre la superficie de la luna ('Luna 2, en 1959), los primeros en enviar sondas de exploración a Marte, a la órbita del Sol o de Venus. Son sólo ejemplos de sus éxitos. Pero también hubo algún fracaso, como es el caso 'Kosmos 482', una sonda que tenía como destino Venus pero un fallo en su motor provocó que quedara atrapada en la órbita terrestre y despuésde más de 50 años dando vueltas sin parar a nuestro planeta, está a punto de regresar la Tierra. Sin control alguno, se estrellará sobre un punto indeterminado del planeta, entre los paralelos 53 norte y sur. Precisamente una franja en la que Asturias, como buena parte de los países de Europa, se encuentran.

El 31 de marzo de 1972 se lanzó esta sonda rusa en dirección a Venus. Formaba parte del programa de exploración de ese planeta y cuyas anteriores misiones recibían el nombre 'Venera', que es como en ruso se conoce a Venus. En principio, al 'Kosmos 482'. Cinco días antes de su lanzamiento había partido hacia el mismo destino una sonda gemela, denominada 'Venera 8'. Este tipo de lanzamientos dobles eran habituales en aquellos años, tanto por la agencia espacial soviética como por la NASA. Era la forma que tenían de asegurarse el éxito, o al menos reducir la posibilidad de fracaso, en caso de que la primera nave tuviera un fallo.

Las 'Venera' formaban parte del programa de exploración de Venus. Cinco años antes, en 1970, la 'Venera 7' lograba posarse sobre la superficie venusiana, convirtiéndose en la primera sonda en enviar datos a Tierra desde la superficie de un planeta del sistema solar.

La 'Venera 8' y su gemela 'Kosmos 482' debían seguir sus pasos. Sin embargo, con éxito desigual. La primera cumplió el objetivo, pero la segunda fracasó en el intento. El cohete que la propulsó cumplió su objetivo de ponerla en órbita pero la última fase fue un fiasco. El encendido del cohete para poner en trayectoria de escape hacia Venus a la 'Kosmos 482' fue demasiado corto, apenas dos minutos, tiempo insuficiente para que la nave pudiera escaparse de la zona de atracción de la Tierra. Y allí, atrapada por la gravedad de nuestro planeta, a más de 9.000 kilómetros, la 'Kosmos 482' ha vagado por el espacio, como un caballito de feria, durante cincuenta años.

Sin embargo, su errática vida está a punto de acabar. El rastreo de esta sonda indica, según los últimos datos, que el perigeo -es el punto en la órbita más cercano a la Tierra de un cuerpo celeste- de la nave está a unos 150 kilómetros y bajando. Es imposible seguir orbitando a esa altura, por lo que la reentrada en la atmósfera es cuestión de días. Hay científicos, como Marco Langbroek, de la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos), que apunta al 10 de mayo como el momento en el que la sonda se estrellará contra superficie terrestre.

¿Dónde caerá? En estos momentos es imposible predecirlo. Sólo poco antes de su reentrada se podrá determinar con exactitud en qué lugar de la Tierra se estrellará. Lo que sí se prevé es que lo haga en un lugar de la franja comprendida entre los paralelos 53 norte y el 53 sur. Eso incluye buena parte de Europa -España es un de los países- y América, la casi totalidad de África y una basta extensión de oceanía.

No obstante, los expertos parecen descartar que zonas pobladas puedan verse afectadas por la colisión. Las probabilidades que manejan apuntan más zonas desérticas o en la mar.

¿Y qué es lo caerá a la tierra? La cápsula que había sido diseñada para posarse sobre la superficie de Venus. Se trata de una esfera de unos 500 kilos y que puede soportar temperaturas y presiones altísimas -como las de Venus, que son muy superiores a las de la Tierra-, por lo que se espera que colisione casi de forma intacta. Será, pues, una auténtica pieza de museo de un dispositivo con una tecnología ya superada. Una reliquia de una carrera espacial que contribuyó al avance tecnológico de la humanidad.

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