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Jorge Morán Espejo y 'Calavera' son viejos conocidos. Hace tres años entró en su casa, subió por el tejado, se coló en la panera y se comió tres enjambres de abejas. Tras meses sin noticias de él, esta semana volvió a aparecer nada menos que en tres ocasiones: dos el lunes —a las 21.30 y a las 22.15 horas, aproximadamente— y una el martes. Fue entonces cuando este vecino de Vendilles (Yernes y Tameza) pudo grabar al oso mientras comía los alimentos que le había dejado a sus dos perros, que estaban a escasos metros del plantígrado. «¡A dónde vas!», le dijo para asustarlo y lograr, con éxito, que se marchara.
Asegura que no pasó miedo en ningún momento. «Solo quiere comer», dice en declaraciones a EL COMERCIO, y recuerda que 'Calavera' —lo llama así porque la actitud del oso le recuerda a uno de sus amigos que tiene ese apodo— tan siquiera amagó con atacar a los perros, pese a que uno, el más joven, «se le tiraba». El otro can tiene una edad avanzada y cree que el oso «podía haberlo matado si hubiera querido». Pero el plantígrado se conformó con el tocino que iban a comer los perros.
Precisamente por esa constante búsqueda de alimentos, Morán está seguro de que 'Calavera' volverá a su finca y por ello ha comenzado a colocar una alambrada eléctrica. No obstante, cree que no le dará tiempo a terminar el vallado antes de que el oso vuelva ya que él vive en Gijón y solo puede trabajar en ello durante el fin de semana. «Volverá a intentar entrar y buscará cualquier hueco», dice resignado.
Ya le ha comunicado la situación a la Consejería de Medio Rural, quienes le ofrecieron un pastor, «pero era de batería», así que ha optado por usar uno más potente y pagado por él mismo.
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