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Una carabela portuguesa en la playa de San Lorenzo hace algunos años. Joaquín Bilbao

La carabela portuguesa, en Asturias: bañistas de Castrillón y pescadores de Tapia ya han sufrido sus efectos

El presidente de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, afirma que «cada vez hay más por la traslación de corrientes»

Soraya Pérez

Gijón

Miércoles, 30 de julio 2025, 13:39

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Asturias está en alerta, otro verano más, por la llegada a sus playas de la carabela portuguesa. Este organismo es una especie nativa del océano Atlántico, donde habita en aguas templadas y tropicales. Ha sido precisamente la traslación de corrientes y la subida de la temperatura del agua, lo que ha permitido que se desplacen desde el área atlántica con más facilidad hasta la región.

En concreto, según explica el presidente de la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma), Luis Laria, ya se han registrado algunas incidencias tanto con bañistas como con pescadores en Asturias y en Galicia. «En la zona de Castrillón hubo incidencias con bañistas y también las hubo en Tapia de Casariego con pescadores. Además de producirse varios avistamientos en toda la zona del oriente de Galicia», contó Laria.

El experto en especies marinas explica que aunque en esta época es habitual la presencia de carabelas portuguesas, y sobre todo hasta el mes de septiembre, «lo que ocurre es que cada vez hay más carabelas por la traslación de corrientes».

De hecho, el principal motivo de que haya carabelas portuguesas en las playas asturianas, dice Laria, se debe a que «cada vez estamos teniendo mayor incidencia térmica. Las corrientes marinas cada vez son más cálidas y ello incrementará el número de estos organismos, que suelen ser más habituales en el Atlántico que aquí en el Cantábrico», destacó.

Y la cosa no acaba aquí, pues el experto asegura que cada año que pase «tendremos mayor número de incidencias con carabelas portuguesas porque el calentamiento global es una realidad».

¿Qué efectos produce el contacto con una carabela portuguesa?

Luis Laria explica que la mayor parte de las incidencias ocasionan erupciones cutáneas y dolores muy agudos, pero en situaciones más severas el contacto con una carabela portuguesa puede producir hasta la muerte, por lo que, «los bañistas deben tener cuidado».

Además, «el contacto con estos organismos puede causar fiebres altas, dolor muy agudo en la zona afectada, o incluso, en el peor de los casos, un choque anafiláctico que produzca una parada cardiorrespiratoria», comentó el presidente del Cepesma.

Diferencias de las carabelas portuguesas con las medusas

Laria advierte, que las carabelas portuguesas, «no son medusas». Y ahonda en que «al igual que las medusas, los también llamados 'sifonóforos' son depredadores que utilizan las células urticantes de sus tentáculos para atrapar a sus presas. Pero mientras que cada medusa es un solo animal, cada 'sifonóforo', incluida la carabela portuguesa, es una colonia de animales».

En otras palabras, continúa el experto, «la carabela portuguesa, a diferencia de las medusas, tiene tres pólipos que viven en simbiosis y que generan un organismo que puede llegar a ser peligroso para las personas porque el neurotóxico que tiene es similar al de la avispa o al de la víbora», comentó.

Recomendaciones para los bañistas

El presidente del Cepesma recomienda «evitar cualquier tipo de contacto con las carabelas, y si se ven en la arena se debe avisar automáticamente al personal de salvamento para que se recojan con un palo o con una bolsa que sea consistente o una toalla, y se trasladen a algún espacio donde no haya personas», dijo.

Añadió que «si una persona las toca accidentalmente hay que hacer una observación inmediata para saber su estado y si vemos que la irritación es seria, automáticamente hay que acudir a la atención médica».

También Luis Laria aconseja tener cuidado con los niños de que no las toquen, «porque estos organismos son muy llamativos e interesantes por sus colores, y los niños cuando las ven, al parecer inofensivas, suelen intentar tocarlas bien sea en la arena o en el agua», dijo. Y continúa: «el tocar el globo de una carabela portuguesa no representa ningún peligro, el problema es tocar los nematocistos, es decir, los tentáculos que pueden llegar a ser bastante largos y peligrosos».

Para finalizar el experto en fauna marina explica que aunque las carabelas portuguesas aparezcan muertas en la arena «siguen causando ese efecto negativo al tocarlas», por lo que, independientemente del lugar donde sean vistas, no debe haber ningún tipo de contacto.

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