Cáritas de Asturias alerta: el plan de alquiler del Principado deja fuera a los colectivos vulnerables
Anuncia alegaciones contra el decreto que fija para los beneficiarios un mínimo de ingresos mensuales de 1.600 euros: «A quien nosotros acompañamos están muy lejos de esas cantidades»
«En su exposición de motivos dice que la razón de ser de este decreto es hacer más accesible el mercado de alquiler y atendiendo, ... de forma preferente, a los colectivos con mayores dificultades económicas. Pero, cuando vamos al texto, lo que vemos es que las personas que serían beneficiaras tienen que tener entre 2 a 7,5 veces el IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples). Es decir, de 1.600 euros hacia arriba. Y a quien nosotros acompañamos están muy lejos de esas cantidades». Ramón Méndez-Navia, secretario general de Cáritas en Asturias, ha anunciado que la entidad alegará contra el decreto 'Alquilámoste', el que prepara la Consejería de Ordenación del Territorio, Vivienda y Derechos Ciudadanos y que está en proceso de consulta pública. «Las presentaremos porque no casa lo que dice la exposición de motivos con los límites que luego marcan para acceder al mercado del alquiler».
Es el de la vivienda el principal problema con que se encuentran las personas que acuden a Cáritas. Hasta el punto de que el programa Red Hogares que desarrolla la ONG, «está bloqueado, ya que de lo que se trata es que, tras un acompañamiento, salgan a la vivienda de forma autónoma, pero eso no está siendo posible». Son 99 las personas que ahora viven en los 25 pisos que conforman el programa de Cáritas. «Son personas que cobran el ingreso mínimo vital o salarios muy bajos. Hablamos de entre 600 y 900 euros, quedan muy lejos de los mínimos que marca el decreto que prepara el Principado».
Un problema el de la vivienda que tiene dos perfiles protagonistas, uno a cada lado de la pirámide poblacional. Por un lado, «tenemos a los jóvenes que cumplen 18 años y salen de la red de tutela del Principado, están en riesgo de exclusión porque les resulta muy difícil alquilar». En estos momentos, apunta Méndez-Navia, «tenemos a 19 jóvenes entre 18 y 20 años, a los que se sumarán los que cumplen la mayoría de edad este año». Y, por otro, están las personas de 60 años o menos. «Son el 10% de quienes solicitan acogida en los centros de primera atención para personas sin hogar. Son personas mayores con situaciones personales complejas, prácticamente descartadas del mercado laboral y con dificultades para una vida autónoma». A ellas suma «el 4% de personas acompañadas que son mayores de 65 años». Unas personas, las de mediana edad, «que ni pueden acceder al mercado del alquiler ni, tampoco, a las residencias públicas que gestiona Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA)».
Menos pobreza, pero más duradera
Las palabras del secretario general de Cáritas llegaron durante la presentación de la Memoria 2024 de la entidad, una que refleja una disminución del 4,5% de la pobreza, aunque quienes en ella están tienen más dificultades para salir. Acompañado por la directora de Cáritas, Elsa Suárez, y por la responsable del Servicio de Análisis y Estudios, Pilar Díaz Cano, explicaron que el año pasado atendieron a 11.347 personas, frente a las 12.428 del año anterior. Se trabajó con 4.915 hogares, menos que los 5.157 de 2023. «Frente a la mejoría de los datos, los procesos de acompañamiento se alargan y encarecen cada año», advirtieron.
Tanto es así que, pese al descenso del número de personas en situación de vulnerabilidad, los 126 equipos de Cáritas acompañaron a 1.422 personas en la búsqueda de empleo, frente a los 1.083 del año anterior. En ese área, aprovechó Méndez-Navia para romper clichés. «Mientras seguimos oyendo que los migrantes se vienen a aprovechar del sistema de bienestar de España, lo que nosotros vemos es que de los 1.235 migrantes que atendimos el año pasado, 299 participaron en acciones formativas, con 386 se realizaron acciones de intermediación laboral y de ellas 209 encontraron trabajo». Apuntó, además el programa de Arraigo por Formación puesto en marcha con Otea, la patronal turística asturiana, «accedieron al mercado laboral 33 personas».
Insistieron los responsables de Cáritas en la dificultad de salir de la pobreza. «Las rentas vitales no suponen unos ingresos suficientes para tener una vida digna», como tampoco lo salarios bajos. «El 40% de los menores que viven en hogares a los que acompañamos, viven en hogares en los que conviven dos o más familias. Ver a adolescentes viviendo con otras familias sin tener espacio propio es un riesgo social importantísimo».
Tampoco ayuda a la integración «la brecha digital», ya que la mayoría de las ayudas llegan por internet. Ni «los retrasos en la valoración de discapacidad», que superan, afirma Méndez-Navia, «los dos y tres años en Avilés y Oviedo, aunque en Gijón va un poco mejor». Además, prevén problemas con el nuevo Reglamento de Extranjería, aprobado el pasado 20 de mayo, «que aún no sabemos si beneficiará a los migrantes».
Sobre sus propias cuentas, Cáritas destinó el año pasado 7.185.238 euros, de los que el 62,3% son de fondos propios y un 37,6%, públicos. Cuenta con 1.028 socios, a los que se añaden 1.514 donantes y 1.500 colaboradores. Para atender a quienes llaman a su puerta, en Asturias Cáritas cuenta con 1.600 personas. De ellas, 94 están en plantilla.
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