Los Acoplaos soplan velas «con el Antroxu en el ADN»

Los Acoplaos están de celebración. Dos décadas después, la charanga se ha asentado en el Antroxu de Gijón con una gran variedad de canciones y disfraces a sus espaldas. Es, por tanto, momento de echar la vista atrás y rendir homenaje a su trayectoria. «Hay que celebrar nuestros veinte años y los treinta del concurso de charangas, que ya nos hacemos viejos», apunta entre risas Pepe Tuero, su presidente. Muestra de esta fidelidad por la fiesta, siete miembros del grupo siguen dando guerra desde 1997, un hecho que «representa la esencia de lo que somos los Acoplaos, con el Antroxu ya presente en el ADN».

Su origen se remonta a los preparativos de una carroza de Reyes Magos en el Nuevo Gijón de los años 90. Del grupo organizador surgió la idea de alargar el trabajo de decoración y elaboración de disfraces unas semanas más. «En dos meses se hicieron 50 disfraces, con 50 silbatos y un bombo desafinado. Se empezó con lo puesto», recuerda Tuero. Desde esa primera experiencia, en la que se disfrazaron con un sombrero amarillo y camisa a juego, Los Acoplaos se han metido en la piel de margaritas, toreros, astronautas, buitres o payasos. El nuevo proyecto, fieles a la costumbre, es un secreto guardado bajo llave: «No voy a soltar prenda. Solo digo que recordaremos nuestros veinte años de una manera muy especial para todo el mundo».

Con 53 miembros, la charanga es una de las más grandes que se presentan a concurso. Tal y como presume Tuero, su procedencia es «multibarrial», contando con gijoneses de todos los rincones. «Para subirnos a las tablas del Jovellanos tenemos alguna sorpresa. Seremos más de setenta actuando para intentar hacer algo vistoso y... hasta ahí puedo leer», añade entre risas. Las sorpresas de las que presume se llevan fraguando desde octubre en la asociación de vecinos Santiago y se podrán descubrir el sábado. Los Acoplaos, por tanto, serán uno de los grupos encargados de abrir fuego en el certamen.

Cansados de ser últimos

Después de varios años sin aspiraciones en el concurso, con el único propósito de pasarlo bien y disfrutar del Antroxu, la charanga se puso las pilas con la intención de competir por los primeros puestos. «En 2001 estaba algo quemada de quedar siempre última. Ese año se decidió salir vestidos de calle y leer un manifiesto. Ahí se cerró el telón y, treinta segundos después, volvió a abrirse con todos vestidos de mariposas. Volvimos a quedar los últimos», explicó a EL COMERCIO Tuero, el pasado julio, a raíz de la exposición de disfraces que realizaron en la asociación vecinal de Nuevo Gijón. En 2007, fruto de este trabajo, Los Acoplaos acabaron en segundo lugar a solo un punto de los ganadores. Fue con el disfraz de buitres y, aunque no les quite el sueño, aspiran a mejorar su marca con el espectáculo de este año. «Todo el mundo ha aportado cosas y tenemos una ganas increíbles de que empiece todo».