Carnaval en Asturias 2025

La Última y Marchamos: «Seremos vacilones y a ver lo que pasa»

Afrontan la recta final «muy nerviosos y con ganas de que pasen estos días que quedan y llegue el carnaval de una vez». Desde que el 9 de febrero tuvieron el ensayo general en el Teatro Jovellanos de Gijón, los integrantes de La Última y Marchamos están centrados en «repasar, repasar y repasar», asegura María Díez, su presidenta. Este es su cuarto año participando en el concurso de charangas y son conscientes de que «el nivel cada vez está más alto y es más difícil». Por eso intentan superarse cada año y seguir sorprendiendo al público.

Después de estrenarse en 2022 con un disfraz de muñecos de trapo que no cautivó, lograr un segundo puesto con la temática de la revolución francesa en 2023 y convertirse en circenses el año pasado –traje con el que firmaron un sexto puesto–, esta vez confían en que su propuesta guste a la ciudad tanto como a ellos. Llevan tiempo cocinando una idea que empezaron a trabajar en abril y de la que, siguiendo a rajatabla lo de mantener el misterio hasta el final, solo adelantan que «es un poco vacilona y a ver lo que pasa».

También han aprovechado para reforzar sus filas y, contando a los más pequeños, ahora son «entre 55 y 60» miembros. «Se unió mucha gente nueva, igual unas diez personas», aclara María. ¿La atracción? «Que desde fuera se vio que hay muy buen ambiente y hacemos muchas salidas en verano». Aunque lo que más tira son siempre «las ganas de pasarlo bien», apunta. Y en eso son expertos.

Este último mes están a caballo entre el colegio Jacinto Benavente, en Vega, donde ensayan todo el año, y una nave de Tremañes que alquilan para preparar la puesta en escena en el Jovellanos con espacio suficiente. De hecho, «hemos preparado un baile que encaje con la idea que llevamos allí», aclaran. Un esfuerzo que ha conllevado horas y horas de ensayo para perfeccionar cada uno de los pasos. Y aunque lo que más define a esta charanga son el compromiso y la diversión, porque se lo pasan muy bien juntos, la realidad es que «este mes ya estoy hasta las narices de verlos a todos», comenta María entre risas.

También darán una sorpresa con sus letras. Acostumbrados a no repartir de más, este año «vamos un poco atrevidos y son más cañeras», avisan.

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