Los condenados, entre la entereza y el dolor de las familias por entrar en prisión

En la cárcel aún guardan el expediente de José Luis Iglesias Riopedre, María Jesús Otero y Marta Renedo, con sus huellas, foto e identificador penitenciario. Es el rastro de su estancia en 2011, cuando la magistrada-juez Ana López Pandiella los puso en prisión provisional. Para salir los amigos del primero reunieron 100.000 euros de fianza, la segunda depositó los 200.000 impuestos, y la madre y suegra de la tercera afianzaron con sus casas otros 200.000. La Audiencia tirará ahora del dinero si los condenados no pagan las multas e indemnizaciones.

La existencia de esas tres fichas agilizará el ingreso de los afectados. Para Víctor Manuel Muñiz y Alfonso Carlos Sánchez, los empresarios condenados, será su primera vez.

Unos y otros están llamando a la cárcel y a sus abogados para conocer cómo es el ingreso y qué pueden llevar. La norma permite 44 prendas de vestir (ropa interior excluida), se aconseja chanclas para la ducha, y se les provee de sábanas para los camastros de 70 centímetros de ancho. Está prohibido el uso de móviles y tijeras. El perfil de los cinco apunta a que terminarán en los módulos libres de droga (UTE 1 o UTE 2), si bien Riopedre también podría ir a lo que se conoce como el 'geronto huerto', una dependencia del pabellón de enfermería cerca de un huerto. Es donde están los reos más mayores y el lugar en que cumplió pena Tomás Rodríguez, 'Tomasín'.

Los cinco pasan sus últimas horas de libertad entre la entereza de quien lleva años asumiendo que el momento podría llegar, y la angustia de los familiares. Los consejos que están transmitiéndoles los letrados es que dentro asuman de la mejor manera el rigor de la rutina y traten de apuntarse a las dinámicas y terapias que se les ofrezcan.