«Nos presionaban para volver al trabajo», dice una enfermera con COVID
600 profesionales se contagiaron, según una encuesta del Colegio de Enfermería. Es el triple de la cifra recogida en los informes de Salud
EUGENIA GARCÍA
OVIEDO.
Viernes, 24 de julio 2020, 01:57
La cercanía a los pacientes que impone la tipología de su trabajo y el hecho de que estuvieran en primera línea durante lo más crudo de la batalla, unido a los posibles errores en la gestión de la crisis, provocaron que cerca de 600 enfermeras que trabajan en Asturias, casi una de cada diez, se contagiara de COVID-19. Además, el 97% de ellas contrajo el virus en el lugar de trabajo. Estas son las principales conclusiones de un exhaustivo informe sobre las consecuencias de la crisis del coronavirus elaborado por el Observatorio de la Enfermería y los Cuidados del Colegio de Enfermería de Asturias, al que están adscritos unos 6.850 profesionales.
El estudio, señaló el presidente del colegio profesional, Esteban Gómez, «trata de arrojar luz sobre cómo vivieron la crisis durante la pandemia y aportar datos y conclusiones que sirvan para dar un mejor servicio». Elaborado en base a las encuestas realizadas a 1.021 profesionales, no solo recoge datos, sino también los comentarios de gran parte de ellas. Y pese a que la nota que ponen a la gestión de la pandemia es de un 7, algunos son tan crudos como el de una enfermera contagiada que refiere «absoluta soledad e impotencia, así como presión para recibir el alta y volver a trabajar, que daban solo en base al test o sin preocuparse por síntomas o secuelas» o el de otra que, al convivir con sus progenitores de avanzada edad, contagió a ambos: «Mi padre está en la UCI en estado grave y yo a tratamiento psicológico y psiquiátrico».
La cifra que arroja el estudio de 600 contagios entre las profesionales de la enfermería es más del triple que la cuantificación oficial de casos de COVID-19, 163. Según explican los autores del informe, esto se debe a que un 20% de los diagnósticos, especialmente en las primeras semanas de la pandemia, no fueron confirmados mediante test, sino únicamente por sintomatología o pruebas clínicas, a los que hay que añadir casos no diagnosticados pero que han experimentado tres o más síntomas. Además, el estudio desmiente la hipótesis «defendida desde algunos sectores políticos» de que el personal sanitario importó el virus a los centros, al demostrar que el 97% de la exposición y la infección se produjo en el medio laboral, y en concreto en las unidades asistenciales que atendían pacientes con COVID-19.
El informe también desvela que «la protección prioritaria al personal de primera línea implicó una gran desatención al resto del personal», sobre todo en Primaria. Hubo además «ocho formas distintas de gestionar la crisis, ya que los criterios cambiaban cada semana y cada área lo interpretaba a su manera». El Área V (Gijón), es la que peor valoración obtiene de la gestión de la crisis.