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Coronavirus en Asturias | El Principado llama a autoconfinarse y plantea horarios para «paseos seguros»

El consejero de Salud pide «encarecidamente» a la población que se quede en casa, salvo por causas justificadas, para frenar los contagios

LAURA MAYORDOMO

GIJÓN.

Jueves, 5 de noviembre 2020, 01:50

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Si no puede ser por imposición, al menos que sea por responsabilidad social. A la vista de que el Gobierno central no aprobará por ahora un nuevo estado de alarma que permita al Principado decretar un confinamiento domiciliario, la Consejería de Salud publicará hoy un documento en el que instará a los asturianos a autoconfinarse en sus casas los próximos días o semanas. El tiempo que se considere necesario para tratar así de aliviar la presión hospitalaria y evitar el colapso del sistema sanitario, un riesgo que preocupa, y mucho, a la vista de las cifras de ocupación de las plantas covid y las UCI destinadas a pacientes con coronavirus en la región.

Fue la decisión que se anunció tras la reunión extraordinaria urgente del pleno del Consejo Interterritorial del Sistema de Salud celebrada ayer y en la que el ministro, Salvador Illa, volvió a rechazar la petición de Asturias e insistió en que «tenemos que darnos el tiempo suficiente para ver los resultados de las medidas que se están implantado» antes de adoptar otras decisiones más restrictivas. ¿Cuánto tiempo habría que esperar por esos resultados? «Dos o tres semanas. No antes», subrayó Illa, que dijo apoyarse en la opinión de «los expertos».

Los que asesoran al Principado, en cambio, fueron los que motivaron que el lunes el presidente autonómico, Adrián Barbón, saliera públicamente a pedir el respaldo del Ejecutivo de Pedro Sánchez para decretar un confinamiento.

Ante la reiterada negativa del ministerio, el Gobierno asturiano ha optado nuevamente (ya lo hizo a mediados de octubre) por apelar a la responsabilidad de los ciudadanos para que, de forma voluntaria, se queden en sus casas. Para que solo salgan a la calle por cuestiones que tengan que ver con sus obligaciones laborales, educativas o para la adquisición de productos básicos. El consejero de Salud Pablo Fernández, lo pidió ayer «encarecidamente». No en vano, no es una medida que se pueda imponer sino que dependerá de la voluntad de los ciudadanos de ser más o menos escrupulosos en su cumplimiento. Cierto es también que, con la hostelería y buena parte de los comercios cerrados desde este miércoles y con las reuniones sociales limitadas a un máximo de seis personas -salvo que sean convivientes-, se contribuye en buena media a limitar la actividad de la población.

Además, en el documento que hoy se dará a conocer «estableceremos unas franjas horarias» para permitir que las personas más vulnerables puedan salir con mayor seguridad para «moverse, dar paseos o hacer algo de ejercicio», anotó Fernández. Se quiere así «evitar los efectos secundarios del confinamiento domiciliario» en este grupo de población, que englobaría a personas mayores, pero también enfermos crónicos o personas con algún tipo de trastorno o enfermedad mental. «Es necesario atender a estos colectivos más vulnerables», subrayó el consejero de Salud.

Lo de las franjas horarias para evitar la confluencia de distintos grupos poblacionales en las vías públicas de localidades de más de 5.000 habitantes fue lo que el Gobierno central aplicó ya en mayo pasado, en pleno estado de alarma, en todo el país. Entonces se fijaron cinco franjas horarias para tres diferentes grupos de población y actividades: deportistas y paseantes adultos y adolescentes; personas dependientes y mayores de 70 años, y menores de 14 años. Los mayores de 70 años y las personas dependientes tenían permiso para salir dos veces al día, entre las 10 y 12 y entre las 19 y 20 horas.

Evaluar «con rigor»

«No podemos tomar medidas nuevas cuando no hemos dado tiempo al efecto de las que desplegamos el domingo. Hay que evaluar con rigor las medidas ya en marcha y eso solo puede hacerse en dos o tres semanas». Salvador Illa se mostró inflexible a pesar de que ya son cuatro comunidades -entre ellas Asturias- y las dos ciudades autónomas las que piden con urgencia un nuevo estado de alarma que permita los confinamientos domiciliarios.

El Gobierno, que el martes había apuntado al 9 de noviembre como fecha tope para valorar si aprueba un decreto que autorice a las autonomías esos encierros extremos, cambió ayer el horizonte temporal y pidió más tiempo. «Las medidas en marcha necesitan un tiempo de reacción para ver sus efectos», insistió en la misma línea la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, tras el Consejo Interterritorial.

Según diversas fuentes asistentes a la reunión, los representantes del Gobierno central ni siquiera se comprometieron a estudiar la petición del encierro en casa. «No ha habido una discusión con respecto al confinamiento domiciliario. Hay comunidades que han expresado que no se puede perder de vista esta medida. Pero la conclusión es que hay una estrategia nacional», apuntó Illa, minusvalorando las reclamaciones de algunos de los territorios más golpeados por esta segunda ola, como Asturias, Melilla, Castilla y León y, desde ayer, Andalucía, País Vasco y Ceuta.

Los llamamientos de las autonomías tuvieron una y otra vez la misma respuesta: hay margen con el actual decreto, sobre todo cerrando bares, restaurantes, llevando a máximos los toques de queda y expandiendo los confinamientos perimetrales municipales.

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