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Los ministros de Sanidad y Educación, Salvador Illa e Isabel Celaá. EFE

Coronavirus | Los colegios abrirán aunque haya brotes y solo cerrarán «si la situación se descontrola»

Docentes y alumnos deberán tomarse la temperatura al inicio de la jornada y lavarse las manos al menos cinco veces al día

ELENA RODRÍGUEZ

GIJÓN.

Viernes, 28 de agosto 2020, 01:48

Ministerio y comunidades (salvo el País Vasco) llegaron ayer a un acuerdo para que el curso sea presencial «en todos los niveles o, al menos, hasta segundo de la ESO». Ése es el primer punto del documento, que recoge 29 medidas y cinco recomendaciones. El segundo: los centros estarán abiertos todo el año para apoyar al alumnado más vulnerable y contarán con servicio de comedor siempre que la situación epidemiológica lo permita. De hecho, la idea es mantenerlos abiertos incluso si hay brotes. Solo se cerrarán en casos excepcionales, «cuando la situación sea generalizada y esté descontrolada», manifestó el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que compareció junto con las titulares de Educación y Política Territorial, Isabel Celaá y Carolina Darias.

Se considerará brote a partir de tres contagios por coronavirus o más en un colegio. Si hay un caso positivo en un grupo de convivencia estable -en clases de hasta veinte alumnos, como ocurrirá en Asturias hasta cuarto de Primaria-, se pondrá a toda la clase en cuarentena. En el supuesto de que tuviera lugar en una clase 'normal', solo sus contactos estrechos se irán a casa. Si hubiera casos positivos en varias aulas sin vínculo epidemiológico, se seguiría el mismo procedimiento (en función de si son grupos estables o no), pero si hay vínculo epidemiológico constatado «habría que estudiar caso a caso. Aquí no hay blanco o negro», añadió Illa. Se valoraría cerrar un aula, una línea educativa... El caso más extremo sería «la situación descontrolada y generalizada. Llegado ese caso, se cerraría de forma temporal».

Aunque el riesgo cero no existe, como señaló Celaá, Illa subrayó que «se dan las condiciones para volver porque los colegios son entornos son seguros». «Mucho más que en otros ámbitos», agregó la titular de Educación, quien recordó que cada centro deberá tener un responsable para los aspectos relacionados con la COVID y «estar familiarizado con los documentos» al respecto.

Gráfico. Medidas antiCOVID en los centros escolares

Antes de iniciar la jornada, todo el personal del centro deberá tomarse la temperatura (los alumnos, bien en casa, bien en el centro escolar); será obligatorio el uso de la mascarilla a partir de los seis años (también en el autobús, donde se recomienda para los niños de tres a cinco años), habrá grupos estables en los primeros cursos de Primaria y se guardará el metro y medio de seguridad. Dentro de las actuaciones acordadas, se recomienda «una higiene de manos frecuente y meticulosa, al menos cinco veces al día» y el alumnado recibirá educación para la salud.

También será de «gran importancia una ventilación frecuente de las instalaciones, de entre diez y quince minutos» y en los comedores se asignará un puesto fijo para todo el año (como ocurrirá en el autobús) y habrá que mantener el 1,5 metro de distancia, salvo que sea un grupo estable quien use el servicio.

Sobre las pruebas PCR masivas, Illa no lo cree oportuno. «A los test indiscriminados no les veo mucho sentido. En cambio a hacer cribados, sí».

En cuanto a las familias, deberán firmar una declaración responsable de que llevan a sus hijos sanos al colegio o, si no, «conocer fehacientemente qué ha de hacerse», dijo la ministra de Educación. «Yo, desde luego, no concibo que las familias lleven a sus hijos sabiendo que no están en condiciones de ir y poniendo en riesgo la salud de su propio hijo y la del resto de alumnos y personal», manifestó Illa a preguntas de los medios sobre posibles sanciones en caso de incumplimiento. «De todo hay, pero no lo concibo», remarcó.

Informe sobre absentismo

No fueron las únicas preguntas al respecto. Porque también son muchas las familias que no están de acuerdo con el protocolo y advierten de que no llevarán a sus hijos a clase. «El ministerio no va a hablar de medidas coercitivas, estamos seguros de que las familias van a ser responsables. Saben que la educación es un derecho fundamental y que es obligatoria desde los seis hasta los dieciséis años. Hay que ir a clase. Hay obligación de acudir. Los beneficios de la educación son muy superiores a lo que significa el riesgo que pueda haber en un aula», apuntó Celaá, quien añadió que su departamento, no obstante, ha encargado un informe jurídico sobre el absentismo.

Muy de puntillas y sin apenas especificar, pasó la titular de Educación por otros aspectos muy demandados por la comunidad educativa. Sobre la bajada de ratios (en Asturias, de 25 alumnos a partir de quinto de Primaria y ESO y de 30 en Bachillerato), se limitó a decir que «se reducen realmente con la nueva contratación de profesores».

Sobre la existencia de un servicio de enfermería, apuntó que «no hay nada cerrado. Hay centros educativos que ya contaban con este servicio incluso antes de la pandemia. Me refiero a un servicio médico que atendía a varios centros educativos. Es una idea estupenda. Tenemos que ver la contratación de profesionales, entre los que podría estar el personal de enfermería», concluyó en la rueda de prensa.

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