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El matrimonio (cuarta y sexto desde la izquierda) se concentró ante el Consistorio, junto a vecinos y amigos, para pedir una solución. Entre ambos, Arturo Jiménez, presidente de Mixtos de Langreo. J. C. ROMÁN
«Tenemos miedo de acabar en la calle»

«Tenemos miedo de acabar en la calle»

Un matrimonio con dos hijos deberá dejar su piso de Riaño por impago de la renta. «No hay casas disponibles», lamenta la edil Sara Fernández

MARTA VARELA

LANGREO.

Miércoles, 30 de septiembre 2020, 00:10

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En 35 días, por orden judicial, Jesús González y Mireya Jiménez, junto a sus hijas de 3 y 5 años, deberán abandonar la casa en la que llevan más de cuatro años viviendo en Riaño. A día de hoy no saben dónde van a vivir. Se enfrentan a una desahucio por impago de la renta del piso donde viven.

«Quedamos los dos sin trabajo. Pagamos algunos meses, pero después ya no podíamos. Cobramos 627 euros del mínimo vital, y eran 400 de alquiler. Aceptamos que tenemos que irnos y sentimos no poder seguir pagando. Ahora necesitamos una vivienda, no tenemos adónde ir», explicaba ayer Jesús González. «Tenemos miedo a quedarnos en la calle con dos niñas pequeñas», añadía emocionada la madre.

«Necesitamos una solución urgente antes de noviembre. Si no, nos encerraremos en el Ayuntamiento hasta que haya una solución», apuntaba ayer Arturo Jiménez, presidente de la Asociación Mixtos de Langreo, que se personaron en el Ayuntamiento de Langreo junto a varias personas para apoyar a este joven matrimonio. Entre ellos, estaban sus vecinos, como Marcelina García. «Vivimos puerta con puerta y son grandes vecinos, muy luchadores. Tenemos mucha pena por que tengan que irse. Son gitanos. No queremos que se les discrimine por ello porque nunca han dado un problema. Estamos muy afectados por su marcha», señalaba. La pareja lleva meses buscando una solución. En julio acudió al Consistorio para que Servicios Sociales tuviesen conocimiento de su situación. «Seguimos buscando trabajo pero no hay. Buscamos un alquiler más pequeño, pero no hubo suerte. Si hubiese encontrado otra solución no pediría ayuda», apuntaba la madre, Mireya Jiménez.

Están ya en el registro

Desde Servicios Sociales se les incluyó en el registro de demandantes de vivienda y se gestionaron ayudas, incluso paralizaron el desahucio que estaba previsto para octubre. «No están desamparados. Hacemos todo lo que está en nuestra mano, pero no hay casas disponibles para poder acomodarlos. Además, hay un registro que se debe respetar porque hay mucha necesidad de vivienda. Es complicado», apuntaba la responsable de los Servicios Sociales langreanos, Sara Fernández.

Sin pisos de emergencia disponibles, y sin encontrar un alquiler que pueda asumir esta pareja con dos hijas menores, ahora temen verse en el calle. «Estamos desesperados. Somos muchos los que lo estamos pasando mal pero estamos al límite, por eso pedimos ayuda: un trabajo o una casa», apunta Jiménez.

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