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Inaciu Hevia Llavona, etnógrafo que elaboró el informe sobre la botella para el juicio. JOSÉ SIMAL
«La botella de sidra es un patrimonio que tardó muchos años en forjarse»

«La botella de sidra es un patrimonio que tardó muchos años en forjarse»

El etnógrafo Inaciu Hevia Llavona cree que el Principado «debería apoyar a los lagareros» en su pleito con un cántabro por el uso del envase

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Miércoles, 19 de septiembre 2018, 03:59

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La Asociación de Sidra Asturiana (Assa) decidirá hoy si recurre la sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santander que permite usar la botella de sidra 'molde de hierro' a un lagarero de Cantabria e impone la cancelación de la patente que formalizaron en el año 2000 los lagareros asturianos para impedir, precisamente, que se utilizara para envasar productos diferentes a la sidra asturiana.

La postura de los lagareros de Assa se fundamenta en el estudio realizado por el etnógrafo Inaciu Hevia Llavona, que en 2012 publicó 'La botella Xixón. Oríxenes y desendolcu hestóricu de la botella de sidra d'Asturies'. El autor tiene claro que «hasta hace unos años, hasta que la usó un lagar de Cantabria y otro de Galicia, solo se utilizaba en Asturias». Pero es que ese uso en el Principado data de 1880, cuando técnicos de La Industria la idearon «por la necesidad del escanciado». «En ella solo se corchaba sidra asturiana. Tiene unas características exclusivas en todo el mundo, aunque es de tradición inglesa», indica Hevia Llavona. Guarda alguna similitud con las botellas de whisky y jerez, «pero no son idénticas, pues cambian el bocal y la capacidad».

Inaciu Hevia considera «sorprendente y muy extraña» la sentencia dictada por el juez de Santander y asegura que la botella 'molde de hierro' «es un símbolo visual» y apunta que cualquier visitante «se fotografía con esa botella». «Para los asturianos y para los de afuera, la identificamos con Asturias», dice.

Esa es la base de la demanda contra el lagarero cántabro, reconoce Hevia Llavona, que indica que «se aprovecha de la imagen y una tradición forjada durante muchos años. Están metiendo dentro de la botella otra cosa que no es sidra asturiana». Por ello, defiende que «la botella de sidra es un patrimonio que se tardó muchos años en forjar y que queremos defender. Es un patrimonio de toda Asturias con el que nos sentimos muy identificados».

En su opinión, «la Administración regional debería apoyar a los lagareros en este caso, porque defienden el patrimonio cultural. No solo se trata de una cuestión comercial. Y máxime ahora, cuando se intenta que se declare patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco».

Este etnógrafo apunta que la sidra está viviendo un momento de clara expansión, lo que tratan de aprovechar productores de fuera de la región, pero también es «un tema de prestigio, porque ahora, por ejemplo, la Denominación de Origen Protegida está subiendo mucho y los lagares se preocupan de hacer sidra de calidad». Es por ello por lo que temen que otras sidras no asturianas puedan irrumpir en el mercando perjudicando esa calidad.

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