«Escepticismo» en los centros de salud ante el acuerdo que pone fin a la huelga
Los profesionales beneficiados por esta negociación cuestionan al Sespa: «Hay experiencia de años de incumplir sus compromisos»
«Hemos conseguido que se reduzcan agendas, que las llamadas del 112 pasen por un triaje sanitario, que se respete la jornada de trabajo del SAC -Servicio de Atención Continuada-, que se reorganicen las urgencias extrahospitalarias, que se de un marco jurídico y retributivo justo a las urgencias hospitalarias...». El que enumera logros es Alfredo Fernández San Martín, uno de los médicos de Familia que se sumó a la huelga convocada la semana pasada por el sindicato Sicepa-USIPA-SAIF. El acuerdo que ha hecho posible esas mejoras supone, desde su punto de vista, «un éxito».
El Servicio de Salud del Principado (Sespa) se ha comprometido también a crear un 'cupo' de pacientes en enfermería, que permitirá a los usuarios de los centros de salud la libre elección de enfermera, además de una mejor planificación del trabajo de esta categoría profesional. Y a implantar un programa de manutención dirigido a quienes hacen guardias de 12, 17 y 24 horas en los centros de salud. O incluir «elementos de flexibilización» en la programación de la actividad de Atención Primaria.
«Lo que se ha puesto en evidencia es que quienes negociaron el anterior acuerdo podían haber conseguido más y para todos», dejan caer médicos y enfermeras que se sintieron agraviados por la negociación que el Sespa cerró a finales de enero con la mayoría de sindicatos sanitarios -todos excepto Sicepa-USIPA- para reorganizar Atención Primaria. Esa reordenación implica un nuevo sistema de guardias que soliviantó a los médicos de Familia titulares de plaza, que se constituyeron en plataforma para canalizar su malestar.
Óscar Salinas, uno de los portavoces de este colectivo, agradecía ayer a Sicepa-USIPA-SAIF que «ha hecho lo que ha podido», si bien «los facultativos de Primaria somos un colectivo muy desilusionado y maltratado». Tanto, que ayer ponía en duda que el Sespa vaya a cumplir los compromisos adquiridos: «Es una excepcionalidad que la Administración cumpla». Luis Vega, enfermero y representante de los profesionales de Atención Continuada comparte ese «escepticismo».
«Si se cumplen los compromisos de acuerdo, mejoraría sustancialmente la organización asistencial del SAC. Pero tenemos experiencia de años de incumplimientos por parte del Sespa», se quejaba ayer Vega, que insiste en la necesidad de equiparar salarialmente a las enfermeras de este servicio con las que trabajan en el equipo de urgencias de Atención Primaria (SUAP), algo que sigue sin concretarse.
Por su parte, el Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), que sí apoyó el polémico acuerdo del mes de enero, considera que «todas las promesas son correctas», pero «versan sobre temas que ya están en negociación o que estaban sobre la mesa». Hecho este matiz, creen que «no hay una cuantificación» de lo pactado y los compromisos del Sespa «son a largo plazo». En definitiva: «La música es bonita, pero la canción no tiene letra».
También echan en falta que se concrete la reorganización de las agendas en Atención Primaria. Es decir, cuántos pacientes van a ver los médicos por la mañana. Algo que «suponemos se negociará con el resto de sindicatos y con nosotros, desde luego». El Simpa advierte de que «se puede producir una discronía si primero no se ordena correctamente la urgencia extrahospitalaria». Esa «disfunción» vendría de «abocar al compañero de las tardes a ser receptor de las necesidades asistenciales sobrantes» y «perpetuaría el modelo de guardias a destajo».
