La eutanasia en Asturias: 35 solicitudes el año pasado y un tiempo de respuesta de 46 días

Así lo afirmaba el presidente de la Comisión de Garantías, José Fernández, tras explicar que, desde que se solicita la eutanasia hasta que se presta la ayuda para morir, transcurren 46 días, un plazo que reduce en 21 días la media nacional. «El Principado está entre las comunidades que gestiona esta prestación con mayor calidad y agilidad», incidió Fernández, destacando «la altísima profesionalidad» de la comisión que garantiza y evalúa la eutanasia, así como la implicación y «gran capacidad de respuesta» de la Consejería de Salud.

Hacía estas valoraciones tras la reunión en el que este órgano colegiado -formado por tres equipos de perfil médico y jurídico, así como por una trabajadora social, un psicólogo clínico y dos enfermeras- presentó su informe anual de 2024. En dicha reunión, participó la directora general de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria, responsable última del cumplimiento en Asturias de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia, «respectando los derechos de las personas solicitantes y asegurando su voluntad de recibir ayuda para morir en las condiciones elegidas».

Pero «la buenísima» capacidad de respuesta del sistema sanitario asturiano se está encontrando con una dificultad: «El problema sigue siendo la designación del médico responsable y es ahí donde vemos posibilidades de mejora. Hoy por hoy, es lo que más tiempo nos está costando. En un porcentaje alto de casos, su nombramiento supera los 15 días», explicó el doctor José Fernández, que desvincula esta circunstancia de la objeción de conciencia: «Creo que tiene más que ver con las dificultades percibidas por los profesionales para llevar a cabo esta función, por su carga emocional y de responsabilidad, que con la objeción de conciencia».

El llamado 'médico responsable« es el profesional que sigue todo el proceso, desde que el paciente solicita la eutanasia hasta que se lleva a cabo la prestación, desempeñando una labor de acompañamiento, deliberación e información. Aunque puede llevar a cabo esta función cualquier facultativo, generalmente la asumen los médicos de Familia. »Es un trabajo que la sociedad y las instituciones deben reconocer. Un acto solidario que implica carga de trabajo y una alta exigencia emocional«, subrayó Fernández.

Para tratar de vencer esta «dificultad organizativa», desde la dirección general de Cuidados y Coordinación Sociosanitaria se ha trabajado con las gerencias de las distintas áreas sanitarias para la designación, en cada una de ellas, de dos miembros que se ocupen de «garantizar los tiempos cuando se activa una solicitud» de eutanasia. Además, según apuntó Rocía Allande, los 'médicos responsables' ya no se verán solos en esta función «tan exigente», sino que «hemos incorporado a una enfermera».

Del informe anual presentado este miércoles se desprende, además, que el perfil mayoritario de quienes solicitaron eutanasia el año pasado fue: hombres de enttre 60 y 79 años -aunque hay casos por debajo de los 40 años y por encima de los 90- con patologías neurológicas y oncológicas avanzadas. Cabe destacar, sobre todo de cara al futuro, «la existencia de un número significativo» de solicitudes cuyo principal motivo está relacionado con un diagnóstico de salud mental grave, puntualizó el presidente de la Comisión de Garantías.

Recordar que para que una solicitud se tenga en consideración debe verificarse la existencia de un contexto eutanásico, es decir, que «el enfermo debe presentar una patología irreversible, sin tratamiento posible que mejore su calidad de vida y que le genere una situación imposibilitante con sufrimiento insoportable».