Expertos en adicciones aprecian un empeoramiento de los casos como consecuencia del confinamiento

El confinamiento ha tenido importantes consecuencias en los toxicómanos y los profesionales que los tratan las están empezando a ver en consulta. Pese a que, como apunta el médico Eduardo Carreño, aún son pocos los que acaban pidiendo ayuda. Entre los adictos a sustancias estupefacientes que sí lo hacen, lo que está viendo es que llegan en peores condiciones, «descompensados», porque «no solo vienen con el tema del consumo o la abstinencia, sino con el trastorno psicológico añadido por el confinamiento, por la mezcla de sustancias y los efectos cruzados que eso produce y el conflicto familiar» derivado de que, en no pocas ocasiones, el encierro en casa sirvió para que el entorno descubriera la adicción.

Cuadros más graves se están viendo también entre los alcohólicos. Carreño pone como ejemplo que los últimos ingresos en la unidad de desintoxicación hospitalaria del Sanatorio Covadonga, que él dirige desde su apertura en 2014, presentaban ya graves repercusiones físicas -como encefalopatías o problemas de hígado- más habituales a largo plazo. En las últimas semanas ha constatado que los pacientes alcoholizados «vienen más deteriorados porque han bebido muchísimo más». Y la salida del confinamiento no ha contenido los consumos sino todo lo contrario, opina. «Lo que ocurre es que se nota menos, porque ahora se consume fuera de casa y los adictos ya no están descompensados».

Carreño anima a buscar ayuda profesional cuanto antes, porque «siempre es más fácil atajar el problema cuando éste es pequeño. Buscar la solución ahora, porque a lo mejor ya no vale el remedio». Y recuerda que «tanto los centros públicos como los privados están funcionando», como lo hicieron también durante el confinamiento.