
El hongo de la antracnosis deja a la faba asturiana con la peor cosecha de este siglo
Pérdidas signifivativas ·
La producción de 2024-2025 se vio afectada por el mal tiempo y los hongos que mancharon la alubia e imposibilitaron su comercializaciónSecciones
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Pérdidas signifivativas ·
La producción de 2024-2025 se vio afectada por el mal tiempo y los hongos que mancharon la alubia e imposibilitaron su comercializaciónLos cosecheros de fabes en Asturias están pasando su peor momento. Incluso algunos ya han decidido bajar la persiana y no continuar. Y no es para menos pues la cosecha del último año 2024-2025 fue la peor del siglo. ¿El motivo? La antracnosis de la faba. Se trata de un hongo que se disemina fácilmente con la ayuda de la lluvia y mancha la alubia, impidiendo su posterior comercialización. Este hongo fue el causante de que se registrara una merma «del 70% de la producción», con respecto a hace dos años, que fue la última buena cosecha. Pues el año pasado ya se consideró malo, aunque no tanto como éste». Así lo explicó el presidente de la IGP Faba Asturiana, Sergio Suárez.
En concreto, en el último año (2024-2025) se certificaron en Asturias 68,19 toneladas de fabes, y en la cosecha de hace dos años (2022-2023) se certificaron 224,97 toneladas. Lo que representa una caída del 70%. Pero Sergio Suárez va aún un poco más allá. Si se comparan los datos de esta última cosecha con la del año 2014-2015, que fue también un año muy malo para la producción, el resultado es aún más desalentador.
Hace 10 años sólo se certificaron en Asturias 126 toneladas de fabes. Lamentablemente esta última campaña batió ese récord. De hecho, esta última cosecha sólo ha sido superada por la del año 2001-2002 en la que se certificaron apenas 65,2 toneladas.
Ante esta realidad, muchos productores están abandonando el sector «y con razón, porque no es rentable», dice el presidente de la IGP Faba Asturiana.
Suárez apunta que otro de los problemas derivados de esta situación es que el precio de la faba subió y probablemente seguirá subiendo. «Al agricultor se le pagaba hace dos años, 10 euros por un kilo, el año pasado ya se pagaba a 12 euros, y ahora se le está pagando a 15 euros. Luego las empresas que le compran a los agricultores lo venden desde 18 a 20 euros el kilo, poco más o menos», contó el presidente de la IGP Faba Asturiana.
Cabe destacar que la antracnosis de la faba es una enfermedad común producida por el hongo 'Colletotrichum lindemuthianum' que ocasiona mermas considerables en la producción y en la calidad del cultivo, principalmente porque «mancha la alubia», explica Sergio Suárez.
«Hubo muchísimas pérdidas porque este hongo apareció el año pasado casi al final de la cosecha, por el mes de septiembre, y destruyó gran parte de los cultivos. Hubo mucha faba manchada que se tuvo que desechar y por supuesto eso se tradujo en pérdidas para los productores», dijo.
Uno de esos productores es Víctor Berdasco Bardo, gerente y propietario en Legumbres La Tierrina Vaqueira. Berdasco no recuerda una cosecha tan mala como la de 2024-2025. «Desde hace 15 o 20 años no pasaba esto. Me atrevería a decir que es la peor cosecha de la historia, por lo menos la que recuerda mi memoria», afirma.
Berdasco explica que para un agricultor que haya empezado hace poco, probablemente este último año sea el más malo. «Todo ocurrió por causas propias de un cultivo que tiene un ciclo muy largo, de abril hasta octubre, y eso al final te hace vulnerable a correr más riesgos», indica.
Añade que el año pasado las lluvias generaron enfermedades en los cultivos, especialmente hongos. En este caso la antracnosis, que fue el más común de los casos y que más afectó las cosechas. «Fue una pena porque el cultivo iba muy bien hasta el final, que fue cuando entró la enfermedad», recordó el gerente y propietario de La Tierrina Vaqueira.
Este hongo, que puede atacar a muchas variedades de legumbres, en la faba es especialmente perjudicial. De hecho, «desde hace años el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario intentó hacer la semilla de la faba resistente a él. El problema es que cuando haces cambios en la semilla, a veces también afectas a la alubia, como fue el caso», subrayó Víctor Berdasco.
Para él, hoy en día es muy complicado dedicarse a la producción de fabes. «Requiere de mucho esfuerzo y trabajo y al final dependes de muchas circunstancias ajenas a ti, que determinan si la cosecha irá bien o mal», dijo.
Sin embargo, dicen que de los malos momentos también se aprende. Para Berdasco, esta última cosecha «sirvió para que muchos productores despertaran y se dieran cuenta de que a veces es importante innovar y hacer cosas diferentes». «Cuando te va mal es cuando tomas medidas, y en este caso los cosecheros se están empezando a preocupar más por la semilla y por tener seguros agrarios contratados precisamente para estar protegidos en caso de pérdidas», subrayó.
Por su parte, Antonio Sánchez, secretario de la Cofradía de Amigos de les Fabes, indicó que «la cosecha del 2023-2024 fue muy mala y nadie pensaba que la de 2024-2025 iba a ser peor. Pues lo fue. Además de la antracnosis, el mal tiempo tuvo un papel determinante. En los secaderos por culpa del tiempo también se manchó mucha faba que hubo que tirar», dijo.
Sánchez asegura que el próximo mes de abril se realizará una mesa redonda con varios cosecheros precisamente para hablar sobre el futuro de la producción en Asturias. Un futuro que enfrenta el riesgo de «dejar de producir faba autóctona asturiana. Cada vez hay menos cosecheros porque es un trabajo que da pérdidas. Realmente hay que cuestionarse si habrá un momento en donde dejaremos de producir definitivamente», zanjó.
Ante una última cosecha tan mala como la de 2024-2025, cabe preguntarse: ¿qué expectativas hay para la siguiente?. Según el presidente de la IGP Faba Asturiana, Sergio Suárez, la cosecha 2025-2026 se prevé «muy difícil porque aún hay muchas plagas y hongos que están afectando los cultivos y no sabemos si en esta cosecha podremos combatirlos. Además, dependemos del tiempo, que según venga, afectará la producción en mayor o menor medida», dijo.
Suárez destaca, además, que el problema es que el cambio climático está conllevando a que el tiempo sea cada vez más impredecible. En ambos casos, el exceso de calor o de lluvia afectan las cosechas de fabes. «Es todo muy preocupante», concluyó.
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