«Las restricciones al consumo de agua son una tirita antes de la herida», apunta en Principado
Una yincana por el recinto intentó concienciar sobre la necesidad de un consumo responsable durante el Día del Agua en la Feria de Muestras
Cada asturiano gasta todos los días 15 litros más de agua que la media nacional. Y con una reducción de diez litros por cabeza –que es aproximadamente la que corre por cada minuto que un grifo permanece abierto– se lograría un ahorro superior a los siete millones de litros. «Es cierto que estamos en un territorio que no tiene en su ADN el miedo a tener problemas de abastecimiento», apuntaba la directora general del Agua, Vanesa Mateo, durante su visita a la Fidma con motivo de la celebración del día que el certamen dedica al líquido elemento.
La jornada coincide con un momento en el que varios ayuntamientos (Candamo, Mieres, Teverga y Quirós) han empezado a aplicar restricciones por la escasez de precipitaciones. Y si bien la responsable autonómica del ramo confió en que «va a empezar llover», y por tanto no se prevé que esas limitaciones tengan que ir a más, apoyó la decisión adoptada por estos consistorios. «Cuando se reducen las precipitaciones, el primer elemento que se resiente son los manantiales. Y los ayuntamientos que beben de ellos deben empezar a hacer restricciones por si acaso, en cuestiones como lavar los coches o llenar las piscinas, para reducir la presión sobre el suministro. Es importante tomar medidas, poniendo la tirita antes de tener la herida, y no solo cuando vemos que el problema se acerca. Independientemente de que nos falte o no, debemos ser responsables con el uso del agua siempre», apuntó.
Para tratar de concienciar sobre cómo «cada gota cuenta», el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) convirtió el recinto ferial en una gran yincana que tenía como punto de partida los restos de un naufragio donde dos sirena jugaban con pompas de jabón y animaban a buscar «el mayor tesoro que tenemos en el planeta». Para ello los participantes debían recorrer distintas zonas de la Fidma, responder a preguntas sobre el ciclo del agua y el papel de Cadasa e ir recopilando las piezas de un puzzle para formar la imagen de su mascota 'Goti'. Antes de acabar en su estand para recoger un premio, todos habían descubierto datos como que una ducha larga (o llenar la bañera) puede suponer el gasto de 200 litros de agua –equivalente al 150% del consumo medio diario de cada asturiano– o que arrojar al inodoro toallitas, aceites o restos de comida provoca atascos que obligan a dedicar cada año a trabajos de limpieza cinco millones de euros que podrían tener otro destino.
«El agua es de todos y todos debemos cuidarla», apuntaba el gerente de Cadasa, Manuel Gutiérrez, haciendo hincapié en los problemas de gestión y daños que provoca a la red un uso inadecuado de los sistemas de saneamiento. Junto a un uso responsable del agua y el mensaje de que por el retrete solo deben ir 'pipí, popó y papel', el estand del Consorcio también busca fomentar el consumo de agua del grifo.