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La Guardia Civil, junto al cuerpo de Ginés Priede, que fue encontrado en Xixún. Pablo Nosti

La Guardia Civil interroga a los vecinos en busca de pistas del asesinato en Siero

«Nos preguntaron si habíamos visto algún coche raro o notado algún comportamiento extraño», cuentan en la localidad de Xixún

Juan Vega

Martes, 1 de octubre 2019, 01:59

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La investigación de la Guardia Civil sigue abierta para esclarecer lo que hay detrás la muerte de Ginés Priede Junco, un hombre de 68 años que residía en Xixún (Siero) y era natural de Burgos. Su cadáver fue encontrado, el pasado domingo, con un disparo en la cabeza a apenas cien metros de la última casa en la que había fijado su domicilio. La Guardia Civil intensifica la búsqueda de pistas y, durante la jornada de ayer, un equipo de la policía científica volvió al lugar de los hechos para seguir recabando más pruebas. Tras levantar el cordón policial el día del crimen, el instituto armado dejó precintada una pequeña sección de prau, a escasos metros de donde se encontró el cadáver y fue en esa zona donde varios vecinos les vieron trabajar ayer.

Joaquín Ramos Fernández fue la primera persona que encontró el cuerpo sin vida de Ginés, a las seis de la mañana, mientras se disponía abandonar su casa para ir a trabajar a Mieres. Este vecino corroboró que la Guardia Civil volvió a Xixún para hablar con los vecinos: «Nos preguntaron si en los días anteriores habíamos visto algún coche que no nos resultase familiar y que si habíamos notado algún comportamiento que no fuese habitual en la zona». «Insistieron en que les avisásemos si recor'dábamos algo», añadió. También comentó haber vivido momentos de «intranquilidad»: «Después de hablar con los policías por primera vez piensas que puede no parecer muy normal, que en un pueblo tan pequeño como este, no conozcas al vecino que vive a cien metros de tu casa». Sin embargo, aclaró, «me quedé mucho más tranquilo cuando volví de trabajar y comprobé que nadie lo conocía por la zona».

Ramos Fernández constató, tras hablar con más vecinos, que a muchos de ellos la Guardia Civil les preguntó si habían escuchado el sonido del disparo por la noche: «Yo, por mi parte, les dije que no había escuchado nada, me metí en la cama, a las doce para ver un rato la tele, y ya me desperté para ir a trabajar». Otros residentes contaron lo mismo, que no habían escuchado disparos.

El juez de guardia de Siero, tras personarse en el lugar y autorizar el levantamiento del cadáver, decretó el secreto del procedimiento para preservar las pruebas que los investigadores vayan aportando al caso con el paso de los días.

Ginés Priede Junco contaba con un amplio historial delictivo que le había llevado a pasar las largas temporadas en prisión. Había sido detenido y condenado por delitos de robos con violencia, tráfico de drogas y estafas, entre otros. En la década de los noventa consiguió un indulto parcial del Ministerio de Justicia por el que pudo reducir la pena de cárcel que cumplía en Málaga. Sin embargo, volvió a ser detenido en numerosas ocasiones. En los periodos que pasó en libertad cambió de domicilio muchas veces: Palencia, Burgos, Andalucía e incluso Gijón, donde llegó a vivir hace cuatro años en el barrio de Contrueces.

En 2006 envió a EL COMERCIO una carta desde el centro penitenciario de Asturias en la que denunciaba su situación de internamiento. «Yo, no solamente reúno los requisitos para acceder a los permisos de salida, sino que ya debería estar en tercer grado o, incluso, en libertad condicional», escribía. La víctima, había alquilado una pequeña vivienda, de una sola altura y en la que residía en solitario, en el concejo de Siero tras recalar en el Principado de Asturias después de salir por última vez del centro penitenciario.

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