Borrar
Los concejales, junto a agentes de la Guardia Civil, rindieron tributo a la memoria de su compañero. Nel Acebal

La Guardia Civil sospecha que a Ardines lo mataron varias personas

Los agentes de la Comandancia de Gijón y de la UCO, llegados desde Madrid, peinaron Pría en busca de pruebas que aportar a la investigación

OLAYA SUÁREZ / LUCÍA RAMOS

LLANES.

Jueves, 23 de agosto 2018, 03:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A Javier Ardines lo mataron varias personas. Esa es la principal vía de investigación que sigue la Guardia Civil tras el exhaustivo análisis del escenario donde acabaron con su vida, el modus operandi empleado y los datos revelados por la autopsia. Que el concejal de Izquierda Unida fuera un hombre corpulento y además conociese a la perfección el lugar -a escasos 300 metros de su casa- apunta a que fueron varios los asaltantes que le tendieron una emboscada en el momento en el que se dirigía a trabajar, cuando apenas pasaban unos minutos de las seis de la mañana, en plena oscuridad. Refrendarían esa teoría las voces escuchadas por la vecina a cuya puerta fue encontrado dos horas después el cadáver. Una disputa acalorada que podría arrojar luz a las pesquisas policiales.

Esos trabajos avanzan poco a poco pero de forma segura, con el dispositivo peinando la parroquia de Pría. A los efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón que se hicieron cargo de las labores desde un primer momento se sumaron en la jornada los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) procedentes de Madrid. Con ellos regresaron a Belmonte de Pría para mostrarles dónde fue hallado el cuerpo de Javier Ardines, a unos cincuenta metros de unas vallas derribadas en mitad de la carretera y de su propio vehículo, que permanecía arrancado cuando, dos horas después del crimen, un vecino localizó los restos mortales al salir a pasear el perro.

Presentaba tres golpes brutales en la cabeza: uno en la nuca, otro en la cara y otro más en la frente. La autopsia no determina cuál fue el primero ni tampoco qué objeto utilizaron. Por el momento la Guardia Civil sabe que se trata de un objeto contundente y romo, es decir, sin aristas ni filos cortantes. Uno de los principales objetivos de las pesquisas es concretar y localizar el arma homicida. Para ello, han rastreado los caminos adyacentes en busca de algún indicio que aportar a la investigación.

A la espera de los análisis

Uno de los pasos más decisivos en las pesquisas vendrá determinado por los resultados de los análisis de los restos biológicos recogidos en el cadáver y en las vallas que le colocaron para obstaculizarle el paso. El cadáver presentaba signos de defensa en las manos, por lo que el ADN de los atacantes pudo quedar bajo las uñas de la víctima. Según pudo saber este diario, las vallas eran propiedad de una empresa de construcción de Llanes que quebró hace un tiempo y cuyo propietario las repartió entre varios vecinos del concejo.

A estos estudios se suman los de la telefonía móvil. Los investigadores habrían solicitado a las compañías telefónicas los datos de las antenas instaladas en la zona con el objetivo de cotejar los números de teléfono que se habrían conectado en Belmonte de Pría la madrugada del 16 de julio.

Por el momento, la Guardia Civil no ha podido centrarse en una única vía de trabajo. Se mantienen abiertas dos hipótesis: que se trate de un problema relacionado con su ámbito más personal o que sea relativo a su faceta como concejal en el Ayuntamiento de Llanes. Sí parece que va cobrando menos peso que los asesinos se encuentren en su entorno laboral: la pesca. Ya lo decía el propio patrón mayor de la Cofradía, Ángel Batalla: «Que no busquen, que aquí no están», aseguraba con rotundidad durante el homenaje que los pescadores le rindieron en el puerto, donde permanece amarrada la embarcación 'Bramadoria'.

El pesquero ya ha sido inspeccionado por los agentes, quienes parecen ir descartando caminos que seguir en las indagaciones para centrarse en el entorno personal de Javier Ardines, de 52 años, y en el ámbito de su actividad como edil.

La esposa y los dos hijos del fallecido declararon ante los agentes de la Comandancia de Gijón que desconocían que tuviese algún problema o que hubiese recibido amenazas. Sí habrían, no obstante, señalado que ya días antes del crimen se encontró de madrugada una valla en mitad de la carretera. En esa ocasión prosiguió su marcha y llegó a su destino, también el puerto de Llanes.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios