Un fuego puede permanecer activo en el subsuelo «hasta tres o cuatro años»
«Es muy difícil darse cuenta de que existen. Sólo las cámaras térmicas pueden detectarlos» dice el experto forestal Paco Castañares
Los incendios que persisten bajo tierra, especialmente en áreas con turba o vetas de carbón, son conocidos como incendios subterráneos o de subsuelo. ... Estos incendios son difíciles de detectar y controlar debido a la falta de llamas visibles y la emisión mínima de humo. Pueden causar daños significativos al ecosistema, afectando raíces de árboles y consumiendo materia orgánica del suelo.
El experto en prevención y lucha contra incendios, Paco Castañares, explica que «en determinados tipos de suelo, sobre todo cuando existe algún tipo de vegetación que permite que el fuego se propague muy lentamente, sucede que se apaga el fuego por la superficie, pero quedan activos los fuegos debajo de la tierra. Es muy difícil darse cuenta, salvo que tengas un detector de calor. Sólo las cámaras térmicas pueden detectar este tipo de incendios», subrayó Castañares.
Añadió que «son incendios que con un poquito de oxígeno que tengan pueden seguir ardiendo durante mucho tiempo. Pueden durar semanas, meses o incluso tres o cuatro años en salir. Y sobre todo, se dan en ese tipo de terrenos con vegetación singular».
Además, el experto en prevención y lucha contra incendios explicó que estos fuegos «suelen darse en suelos muy pedregosos donde hay muy poco oxígeno. Esto hace que el fuego se quede prácticamente latente y arda como una mecha», zanjó.
Por su parte, el director general de Gestión Forestal del Principado, Javier Vigil, destacó que «cuando el suelo está seco, sobre todo en esta época de verano, arde porque tiene raíces y tiene materia orgánica. Lo que ocurre es que el fuego se puede mantener dentro de muchos suelos viejos, bajo tierra, pero a mucha profundidad», comentó Vigil.
«Salen con mucha fuerza»
Añadió que «efectivamente estamos teniendo este tipo de incendios, que son difíciles de detectar y que cuando salen a la superficie son prácticamente incontrolables porque salen con mucha fuerza», aseguró.
En ocasiones, pueden detectarse porque «el suelo va poniéndose como negro. Ante la sospecha de que exista un incendio se intenta aplacar, pues normalmente este tipo de fuegos van abriendo camino por debajo. Una vez que se apagan, el trabajo posterior es cavar un perímetro alrededor para asegurarse de que están apagados y no corre peligro la población», zanjó el director general de Gestión Forestal del Principado.
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