Carmen Moriyón sobre Francisco Álvarez-Cascos: «Todo pasaba por él, hasta siendo yo la presidenta de Foro»

La política gijonesa reconoce que creyó en la «honorabilidad» de quien fuera fundador y máximo líder de esta formación y que no puso en duda ninguna de sus decisiones, apoyando incluso la demanda civil por protección al honor interpuesta por Foro contra el expolítico llanisco Fidel Sánchez después de que éste realizara públicamente graves acusaciones en relación a la impunidad de Cascos en el seno del partido y a la falta de control financiero. «Creía en el proyecto política y en la capacidad de movilización de su líder», se excusó durante el interrogatorio en la Audiencia Provincial, donde se encontraba a apenas dos metros de distancia el propio Álvarez-Cascos.

No fue hasta 2019, relató a preguntas del fiscal y los abogados, cuando tras el descalabro electoral Cascos «desaparece» y deja a la formación con una deuda de 350.000 euros. «Se nos cayó el mundo», admite. Reconoce que fue entonces cuando se encontró con una serie de gastos personales que permitían «seguir la vida que hacía el señor Cascos desde por la mañana hasta la tarde», citando a modo de ejemplo desde el primer café de la mañana, la adquisición de «un cargador en los chinos» o la «compra ordinaria» para la casa.

En este primer vistazo, tal y como ella misma explicó ante el tribunal que preside Javier Domínguez Begega, lo que más le sorprendió fueron los pagos periódicos de 5.000 euros a la empresa Cinqualium, de la que asegura nunca antes había oído hablar. «La busqué por internet y me aparecía vinculada a María Porto», anota. Asegura que entonces se puso en contacto con otros dirigentes del partido para preguntar por esta cuestión y que fue Enrique Sostres quien le dijo que «había habido intención» por parte de Cascos de alquilar a esta firma un local en el Paseo de la Castellana como sede del partido, pero que él mismo se lo había desaconsejado. Moriyón aseguró al juez haber leído un email que Sostres le envió en aquel momento a Cascos quien, según Sostres, le había comentado su intención de hacer esa operación para solventar sus problemas económicos personales. Fue entonces Moriyón quien, con las facturas en la mano, informó a Sostres que Cascos no sólo había hecho caso omiso a su consejo sino que realmente cuando le comentó sus intenciones, en marzo de 2013, el local llevaba ya siete meses alquilado. «No pude encontrar a ningún compañero que me dijera que estuvo allí», declaró. «No frivolizo con nada, pero lo que me motivó a pedir la auditoría (que derivó en la querella) fue comprobar que había gastos de 5.000 euros en el alquiler de una sede que no existía», reconoce.

Sobre el argumento de la defensa, que insiste en que la liquidación del contrato de esta sede se trató en comisión directiva, Moriyón dice no recordar aquel comentario, «pero si lo hubiera escuchado seguramente hubiera pensado que se estaba hablando de la sede (anterior) de Hilarión Eslava, de la que sí hay fotos y constancia». Y tampoco le vale a Moriyón el argumento de la defensa de que el Tribunal de Cuentas nunca hubiera objetado nada al respecto. «El Tribunal de Cuentas comprueba que hay un contrato de arrendamiento, pero no se pone a la puerta de la sede para saber si entran o no militantes», respondió.

Moriyón fue muy didáctica en su comparecencia y como ejemplo de la autoridad que Cascos ejercía sobre el partido rememoró una «reunión tensa» en la que el ahora acusado le pidió que traspasara a las cuentas del partido regional los 40.000 euros con los que en 2014 contaba la formación a nivel local en Gijón, cediendo finalmente la mitad del montante. «Y en 2019, siendo yo presidenta, ya fue el colmo cuando fui a pedir una miseria para la promoción de las redes sociales y Rosario Cabal me dijo que eso lo tenía que autorizar Cascos», recuerda la regidora. «Aunque no fuera ya el presidente, el decía y dirigía todo», dijo, asegurando incluso que «no le gustaba al señor Álvarez-Cascos que habláramos con Rosario Cabal».

No quiso la primera edil poner en duda la capacidad de trabajo del ahora acusado, al que Foro le reclama 218.780 euros en concepto de gastos personales, alquiler de una sede «ficticia» para desviar fondos del partido al patrimonio familiar y los ingresos recibidos por asistencia a mítines en los primeros años del partido. Sin embargo, sí mostró su extrañeza al saber que siendo presidente del Principado se ausentaba sistemáticamente todas las semanas a Madrid para estar con su familia. «Para mí como alcaldesa de Gijón ya es todo un número ir un día a Madrid», apostilló.