Manuel Noval, con un linfoma que sólo padecen 28 personas en el mundo: «Las bolsas de sangre que recibí me salvaron la vida»
Este vecino de Sama de Langreo, que antes que receptor fue donante, participó en la jornada promovida por la Asociación Española contra el Cáncer para contribuir a la donación de componentes sanguíneos
Manuel Noval, parquetista nacido en Mieres, aunque domiciliado en Sama de Langreo, empezó a donar sangre a los 21 años. Ese gesto altruista, que «para mi significaba poca cosa», adquiría la importancia que se merece en agosto de hace dos años, cuando le diagnosticaron un linfoma no-Hodgkin que sólo padecen 28 personas en el mundo. Sólo una en Asturias. Es él.
El tratamiento de este cáncer hematológico fue tan agresivo que su contador de plaquetas «quedó a cero», tras sesiones de quimioterapia que le obligaban a estar tres días ingresado en el hospital. Por no hablar de que tuvo que someterse a una operación en el cerebro -donde saltó el chivato del tumor- y, más tarde, a un autotrasplante de células madre. Manuel calcula que necesitó sangre en una treintena de ocasiones: «Recibí más de lo que doné, seguro. Te meten una bolsa de plaquetas y es un chute de vida; te cambia hasta el color de la cara».
El testimonio de Manuel, que está a punto de cumplir 52 años y ahora se siente «como un cañón», servía este miércoles de revulsivo a la primera jornada de donación de sangre que promueve la Asociación Española contra el Cáncer. Una iniciativa que lleva a cabo en sus sedes de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres con ocasión del Día Mundial contra el Cáncer Hematológico. «La sangre que recibí me salvó la vida», sentenciaba Noval, que no pudo evitar emocionarse. «Y tampoco estaría aquí si no fuera por la sanidad pública. Hay que mirar por ella», apostilló.
Compartía su «complicada» experiencia en un acto celebrado en la sede ovetense de la Asociación contra el Cáncer, al que asistieron la consejera de Salud, Concepción Saavedra; el viceconsejero de Política Sanitaria, Pablo García; la presidenta de la asociación en Asturias, Yolanda Calero; la directora del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos, Mayte Díaz; el presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre del Principado, Ernesto Marcos Antuña; el director de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (Finba), Faustino Blanco; Mario Fraga, uno de los científicos más reputados de la región en el campo del cáncer; y la concejala del Ayuntamiento de Oviedo, María Velasco, que donó sangre en el momento previo a las intervenciones.
Como dato: un paciente de leucemia puede llegar a utilizar 8 bolsas de plaquetas a la semana y para un trasplante de médula se precisan 100 bolsas de hemocomponentes. «La donación es esencial», coincidían la consejera de Salud y la directora del Centro Comunitario, que actualmente está reforzando la colecta de sangre del grupo A- y B.
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