La pandemia obliga a cancelar las fiestas de San Adriano del próximo 8 de septiembre
El Ayuntamiento no organizará actividades y se está a la espera de saber si habrá misa solemne en la capilla
S. GONZÁLEZ
SAN ADRIANO.
Martes, 25 de agosto 2020, 00:05
Los devotos de San Adriano deberán esperar al año que viene para festejar su día grande. Las fiestas quedan canceladas este año dada la situación actual de pandemia aunque no se descarta aún que pueda mantenerse la misa en la capilla.
El Ayuntamiento de Castrillón ha decidido no realizar actividades en la localidad el 8 de septiembre como venía siendo habitual. Desde Festejos prefieren prevenir posibles aglomeraciones de personas ya que las fiestas de San Adriano son unas de las que más gente congregan en verano en el concejo. En anteriores años, tras la tradicional misa se celebra una sesión vermú, una comida campestre y de nuevo actuaciones musicales por la tarde. Nada de esto se llevará a cabo este año.
Por otro lado, la asociación de vecinos de San Adriano era la encargada de organizar el programa de actividades de la víspera. El 7 de septiembre se repartía el bollo y la botella de vino entre los socios de la entidad, había juegos para los más pequeños y una actuación musical por la noche. La junta directiva de la entidad está manteniendo reuniones estos días para decidir qué pueden organizar porque «nuestro deseo es hacer un pequeño acto para entregar un detalle a los socios, pero será algo que cerremos los próximos días», explicó ayer Rafael Fernández, presidente del colectivo.
En cuanto a la parte religiosa de esta fiesta, que se divide también en dos jornadas, sigue en el aire. El día 7 se viene oficiando por la tarde la misa de los enfermos, en la que numerosas personas tanto del pueblo como de otros puntos de la comarca acuden a pasar las cadenas. Además de esta eucaristía se celebra otra el día grande con la actuación de la Banda de Gaitas. «Aún no sabemos si se podrá realizar. Estamos a la espera de saber qué nos dicen desde el Ayuntamiento y desde las autoridades sanitarias», explicaba ayer el párroco Agustín González.
Y es que la capilla es de pequeñas dimensiones y siempre llena el aforo, quedando mucha gente en el exterior esperando la procesión del santo por los alrededores. Una actividad que entra dentro de las consideradas como de riesgo por las autoridades, ya que suele reunir a un elevado número de personas.