Sanidad en Asturias

Los médicos urgen a cambiar el modelo sanitario y redistribuir recursos «sin ceder al interés político»

Estas palabras -las de Barbón primero y las de Saavedra ayer- han abierto la caja de los truenos en un momento en el que los profesionales sanitarios claman por una reorganización de los recursos materiales y, sobre todo, humanos. Sociedades científicas y sindicatos coinciden en que «urge repensar nuestro mapa sanitario, ver dónde tenemos los recursos y dónde los necesitamos realmente». Y le ponen fecha a esta urgencia. «Deberían hacerlo ya, en los dos primeros años de legislatura», considera Rubén Villa, presidente de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFYC).

El mapa sanitario es un elemento de planificación y distribución de los recursos que despliega el Servicio de Salud del Principado (Sespa). El actual, que está organizado en torno a los ocho hospitales de la red pública asturiana, data de 1980. Cuarenta y tres años después de su aprobación, «ni la población es la misma, ni las comunicaciones, ni las competencias digitales, ni tampoco la dotación de profesionales».

De hecho, la escasez de médicos, que Adrián Barbón y Concepción Saavedra atribuyen a los recortes en formación sanitaria del Gobierno de Mariano Rajoy, está dificultando enormemente la atención sanitaria en algunas zonas de la región. Los profesionales insisten en que, tal como está configurado el sistema sanitario, no hay suficientes facultativos para todos los dispositivos que el Sespa tiene abiertos. De hecho, en los centros de salud hay decenas de 'horas huérfanas' -guardias que no son capaces de cubrir- y han sido necesarias 2.000 movilidades forzosas en el último año para subsanar la falta de especialistas en algunas zonas.

«Es muy asturiano eso de 'tira que libras'. Pero si se quiere un nuevo modelo sanitario, fuerte, eficiente y de calidad, se necesita arrojo para tomar decisiones que no siempre son populares», expone Villa. «Y dudo que Barbón se atreva. Mira lo que está pasando en el centro de salud de Riaño», añade este médico de Familia, que alude a la polémica surgida en el área del Nalón, donde los vecinos reclaman que dicho centro permanezca abierto por las tardes, pese a la falta de personal, mientras los médicos abogan por centralizar las guardias en La Felguera. Un conflicto en el que el Principado «ha cedido» a las presiones vecinales.

De ahí que los médicos pongan en duda «el bla, bla, bla» del presidente del Principado y la consejera de Salud, y cuestionen el anuncio de un cambio de modelo sanitario. «La idea es noble y estoy convencido de que hay buena voluntad tanto por parte de Barbón como de la consejera. Pero alguien que, como ocurre en Riaño, toma decisiones sólo por darle el gusto a una asociación de vecinos está ahogado por los intereses políticos», se muestra rotundo el secretario general del Simpa, el Sindicato Médico Profesional de Asturias.

José Antonio Vidal comparte que «nuestro sistema sanitario necesita un cambio de arriba a abajo», pero duda de que se lleve a cabo porque, «para darle la vuelta, se necesitan medidas de calado y no van a poder contentar a todo el mundo». O lo que es lo mismo: «No se puede decidir en función de si en una zona te votan o no, y aquí el mapa sanitario se asocia mucho al poder político local». Algo en lo que están de acuerdo todas las sociedades científicas y sindicatos profesionales, que coinciden en que «las decisiones sanitarias se deben tomar sin ceder al interés político».