Dos años del «milagro» que obligó a reajustar la subida a los Lagos de Covadonga
La investigación judicial por el vuelco del autobús con 49 ocupantes sigue abierta, los viajeros han sido indemnizados y el plan de acceso cambió para minimizar riesgos
Ocurrió un 31 de julio de 2023. Era lunes y el Mercedes Benz Tourismo, de 13 metros de largo y 2,55 de ancho, iba ... lleno de turistas. Eran 49 ocupantes llegados de Austria, País Vasco, Madrid, Aragón o Andalucía, con ganas de conocer la belleza de los Lagos de Covadonga. Habían pagado su plaza a 9 euros, 3,5 en el caso de los menores de 12 años. Al volante iba B., uno de los veteranos de la ruta, con 21 años de experiencia en esa carretera CO-4 de 12,76 kilómetros y 168 curvas. El vehículo superó el mirador de la Reina y una zona brumosa, para internarse en una de esas rectas donde los profesionales de la ruta saben que hay margen, pequeño pero margen, para cruzarse. Lucía el sol y al decir de los testigos el conductor se echó a un lado para dejar pasar a una autocaravana que llegó de frente. La rueda trasera quedó al límite del firme, cedió y el autobus de Alsa volcó.
Fue el gran susto de aquel verano, hace ahora dos años. En ese punto la carretera no bordea precipicios. Tras perder el equilibrio el autocar quedó tumbado. Hubo 49 víctimas, de diversa consideración, pero nadie murió allí aquella mañana. «Hay personas que creen en los milagros y otras no. Mi respeto. Pero en mi opinión hoy La Santina obró uno inmenso», escribió el presidente del Principado, Adrián Barbón.
Plan fallido
El caso abrió un vivo debate. Tal y como destapó EL COMERCIO, el octubre anterior 56 conductores profesionales que trabajan en esa carretera dirigiendo autocares y taxis habían remitido al Principado, la Dirección General de Tráfico (DGT), el ayuntamiento y al Parque Nacional un informe de seis folios y 35 fotografías denunciando que «el actual plan de regulación no está resultando efectivo. Lejos de conseguir que el tránsito por esta carretera de montaña resulte fluido y seguro, observamos que cada año que pasa hay más tráfico ajeno al plan y peor regulado. Esto pone en peligro tanto a los viajeros como a nosotros mismos, sus conductores».
Hubo reuniones, las autoridades visitaron la carretera, se tomaron medidas. ¿Cuál es hoy la situación?
Desde la Consejería de Movilidad recuerdan que tras aquello durante el plan especial que restringe el acceso en épocas de alta afluencia se acordó que el cierre a vehículos no autorizados fuera de 24 horas al día. Hasta entonces al final de la tarde se levantaba la barrera, permitiendo que las autocaravanas pasaran e hicieran noche en los aparcamientos de los Lagos. Hubo también una revisión de las autorizaciones, al detectarse ciertos permisos poco justificados.
Reorganización
También se «reorganizaron las frecuencias de subida y bajada para evitar cruces de vehículos», de forma que «ahora mismo los autobuses no se cruzan en ningún punto de la carretera», asegura la consejería. Se redujeron así el número de frecuencias y para poner orden en la demanda se activó la venta anticipada.
A ello hay que sumar que los conductores siguen teniendo un sistema de comunicación interna y los vehículos son sometidos a controles frecuentes dado lo exigente de la carretera.
Sobre la infraestructura «se han ejecutado actuaciones para mejorar la maniobrabilidad de los autobuses en varios puntos de la carretera y se han acondicionado las superficies», detalla la consejería. Existe también una «memoria de actuaciones necesarias para la mejora de la seguridad vial» en esa CO-4. Con esa base se han elaborado ya dos proyectos de actuación con una inversión cercana a los 800.000 euros para reprarar daños y mejorar señalización. En el plan de contratación de este año está previsto un encargo de 303.000 euros para mejoras de seguridad vial, un trabajo que llevará seis meses.
Una cuestión sin cerrar
Es decir, para que no se vuelva a repetir se han tomado medidas, y hay más en cartera. La cuestión judicial sigue también abierta.
El caso quedó en manos del Juzgado de Instrucción de Cangas de Onís. La analítica de sangre al conductor tardó semanas, y dio negativo. El origen variado de las víctimas ralentizó las labores para interrogarles. Finalmente el dictamen de la Guardia Civil consideró que el accidente se debió a una «ejecución incorrecta de la maniobra de cruce con otro vehículo, al orillarse demasiado a la derecha«. La maniobra correcta debía haber sido detenerse, o a lo sumo moverse marcha atrás.
El informe en todo caso descartó responsabilidad penal en el conductor, que fue una de las víctimas más perjudicadas por el accidente. Su defensa la lleva el abogado Víctor Tartiere. Según las fuentes judiciales consultadas el resto de víctimas fueron indemnizadas por el seguro y se retiraron del procedimiento; el conductor sigue un proceso de recuperación largo, con posible incapacitación para volver al volante y la causa penal se mantiene abierta a la espera del parte médico final, con altas probabilidades de que se archive.
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