AVE hacia Asturias

Las obras aún en marcha en la variante de Pajares incumplen los plazos fijados por contrato

La lógica dice que conforme se avanzan las obras el margen de equivocación mengua, pero la complejidad de esta infraestructura, sumado a errores de gestión y comunicación, explica esta cadena de expectativas frustradas que no acaba. La primera dovela se puso en 2004 y lo que vino después evidencia que incluso poniendo dinero, operarios y los mejores ingenieros sobre el terreno, al final cuando se resuelve un problema emerge otro.

Lo sabe el equipo al frente del Ministerio de Transportes, que en el último año acumula cuatro reveses. En abril de 2022 la titular, Raquel Sánchez, vaticinó la inauguración para el «primer trimestre» de 2023, en junio transmitió al presidente Adrián Barbón que podía dar por hecho que sería en mayo. En octubre su entonces 'número 2', Isabel Pardo de Vera, hablaba del «primer semestre» de 2023 y hace un par de meses la ministra dijo que sería en «julio o agosto», algo ya imposible. Renfe tiene a la venta de billetes hasta el 31 de agosto dando por hecho que sus trenes seguirán sin poder usar la nueva infraestructura, llamada a dejar Madrid a tres horas de Oviedo y tres y media desde Gijón.

La fecha de estreno se sigue resistiendo pese a todos los esfuerzos. Según el balance que acaba de cerrar Adif Alta Velocidad, la empresa pública que gestiona los trabajos, el Presupuesto General del Estado de 2022 le consignó 1,9 millones en el fondo denominado «variante de Pajares», y al final giró facturas contra el mismo por importe de 42,7 millones. Era un curso de transición en el que esperaba bascular los pagos hacia otro fondo presupuestario de nueva creación, denominado «Corredor Ten-T» y dotado de 95,28 millones para la variante y el tramo anterior, León-La Robla; al final de este segundo apunte aprovechó 65,5 millones.

Entre ambos y según el informe contable habría saldado unidades de obra por importe de 118 millones entre la variante y los escasos avances ejecutados en el tramo León-La Robla. Según explicó en su día el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, la inversión real en la variante en 2021 rondó los 60 millones, de lo que se deduce que el pasado curso hubo un mayor impulso económico.

En materia de personal una respuesta al diputado Isidro Martínez Oblanca de febrero aseguraba que en las obras en marcha «están involucradas unos 400 profesionales», cifra apreciable, similar a la plantilla de Cafento.

Pese a la promesa política, el presupuesto y el personal desplegado, los plazos siguen como suelen, variando. En febrero Adif detallaba que eran siete las obras en marcha para rematar la infraestructura y lo cierto es que todas rebasaron los márgenes fijados en sus contratos. La instalación de la catenaria era una faena que los proyectistas de Adif estimaron posible en 15 meses, y se fue a los 26; las instalaciones de protección civil debían estar en 18 meses, y se alargaron más de 30. El acuerdo para las telecomunicaciones fijas era de 11 meses que se ampliaron hasta los 23 y las obras civiles exteriores tenían que estar en 10 meses, pero se modificó el acuerdo hasta los 32 meses.

Los trabajos para perforar galerías de evacuación en dos túneles asturianos se firmaron en septiembre de 2021, con un plazo de 14 meses y siguen en marcha. La obra para fijar la ladera de Campomanes requiere un modificado de proyecto aún en discusión.

¿Por qué los contratos acaban modificados? En ocasiones la empresa necesita que otra termine su faena para entrar en una zona de obras y al fallar los cálculos de la primera se ve afectada la que va detrás. Hubo también problemas de suministro que alteraron esa secuencia y trabajos, como la perforación de las galerías, iniciados tardíamente. Cada vez que se modifica un contrato de obra toca adaptar también el que se le hace a la asistencia técnica. El último en variar, esta semana, es el ligado a las instalaciones de protección civil, que de 21 meses ha terminado saltando hasta los 34, lo que le vincula a las obras hasta el 21 de octubre.

En este escenario Transportes volverá a jugársela. El miércoles una delegación acudirá a Asturias y comunicará otra fecha de apertura. Con unas elecciones a la vuelta de la esquina el pulso entre el optimismo que necesita vender el escalafón político y el realismo y prudencia que demanda el nivel técnico está servido.

Hace un mes EL COMERCIO desveló el cronograma que se estaba siguiendo y según el cual, en julio tocaban las pruebas de compatibilidad tren-vía con unidades de mercancías y viajeros, en agosto ensayos de fiabilidad que pongan la instalación al límite y en septiembre, a partir del día 11, se organiza un simulacro de escala real. Hay que coordinar bomberos y sanitarios de Asturias y León al objeto de medir cuánto tiempo tardan en evacuar al pasaje contratado para ir en un tren cuyo incendio se simula.

En las últimas líneas de alta velocidad abiertas la inauguración se celebró entre dos y cuatro meses después de ese simulacro de escala real. De repetirse ese patrón la variante abriría entre noviembre y febrero de 2024, si bien todas los eslabones de la cadena están echando el resto para intentar un estreno dentro del último cuatrimestre de 2023.