El ascenso del Real Oviedo se cuela en las alfombras florales del Corpus de Castropol

Las calles de Castropol se engalanaron de nuevo con las composiciones florales que año tras año los vecinos de la capital ribereña elaboran, con casi un año de preparación previa en cuanto a los esbozos de los diseños y la recolección de materiales, para festejar el Corpus Christi. Este año hubo dos novedades. Una, que como elemento de las composiciones se añadieron, a los tradicionales pétalos de rosa y hortensia que se recogen entre todos los vecinos del concejo, las virutas de pino y la sal tintadas, y los concos de eucalipto con los que se perfilan los dibujos, las conchas de ostra trituradas (las ostras de la Ría del Eo, con su centro de producción en Castropol, son un sector emergente en la comarca).

La otra novedad fue más una licencia concedida por los vecinos que engalanaron la calle Acevedo al ascenso del Real Oviedo. Y les costó lo suyo, porque dejaron reservado un espacio al final de la calle para que, si anoche el equipo azul completaba el desafío de llegar a Primera División, elaborar in extremis un escudo del club azul para celebrar la proeza. Con prórroga y al filo de la medianoche, el ascenso del Oviedo se coló entre las alfombras de flores del Corpus de Castropol, una festividad que, un año más, congregó en la villa a abundantísimos visitantes.

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