San Timoteo baila de nuevo en su día
Romería ·
Luarca puso fin a sus fiestas con la tradicional procesión del santo y la jira de los cofrades en el campoSan Timoteo, el santo más alegre y folixeru del calendario veraniego asturiano, volvió este viernes a bailar en medio de sus romeros en el campo luarqués que lleva su nombre, lleno hasta la bandera para celebrar el día del patrón de la villa y de Valdés. Miles de chambrones, con sus correspondientes 'T', y el bastón reglamentario inundaron de color el prau de la fiesta para recibir al santo «que todo lo ve» en su procesión y disfrutar posteriormente de la jira entre amigos y familia hasta últimas horas de la tarde. El buen tiempo acompañó la jornada, sumándose a la romería como un cofrade más.
La villa blanca se vistió de gala en el día de su patrón para dar comienzo al tradicional desfile hasta el Campo de San Timoteo con el gigantón, los cabezudos, las bandas de gaitas y charangas, seguidas de los romeros portando sus viandas y provisiones de sidra en los más diversos medios de transporte: desde un remolque con forma de hórreo enganchado a una moto a una calesa tirada por un mulo cascabelero. La comitiva iba creciendo a medida que avanzaba por la carretera de Navelgas con nuevas incorporaciones y a la altura del campo de fútbol –habilitado como aparcamiento– había tomado ya toda la calzada para encaminarse a cruzar el puente hacia el prau de la jira. Allí, frente a la capilla, irían congregándose centenares de devotos para poder estar lo más cerca del santo en el momento de su salida.
Mientras unos pocos privilegiados asistían a la misa en el interior de la ermita, afuera la multitud entretenía la espera dando vivas a San Timoteo y siguiendo con los bastones el ritmo de las bandas de gaitas. Sonó el 'Asturias patria querida', coreado por todos' y poco después unos toques de campana anunciaron la inminente salida del santo. Los bastones se alzaron para saludarlo mientras un coro masivo le cantaba el 'Cumpleaños feliz' y el 'Timoteo eo, eo'. Ante tamaño recibimiento y tan divertido, naturalmente, San Timoteo, no pudo por menos que corresponder a sus fieles bailando un año más sobre los hombros de sus porteadores, ante el júbilo general.
Tras la procesión del santo por su Campo, daba comienzo la jira con cada peña y grupo de familiares o amigos reunidos en sus respectivas parcelas para dar buena cuenta de tortillas, empanadas, bollos preñaos, jamones enteros y demás refrigerios, regados con culinos de sidra. En una de las pequeñas carpas, César Pérez, emplataba raciones para la docena de invitados que se juntaban en torno a él. «¿Qué es para mí San Timoteo? La fiesta de nun fallar. Siempre estamos aquí. La mayoría trabajamos fuera y todos los años se reservan estos días para venir. Hoy tocóme a mí preparalo y luego echar culinos asgaya pa que nadie pase fame ni sed», afirmaba.
En otra de las parcelas, un numeroso grupo de chicos y chicas se arracimaban junto a una pareja. Ella, la luarquesa Rocío Fernández, con banda de miss, y él, Pelayo Flórez, desvelaban estar a dos semanas de contraer matrimonio: «No podía haber mejor despedida de solteros que celebrarlo hoy en San Timoteo», aseguraban. Sus amigas reivindicaban la fiesta: «Esta es la mejor tradición familiar que se puede heredar. Los que somos de Luarca de verdad no faltamos nunca y no salimos del prau»....
Otro grupo, aún más nutrido, encabezado por Susana Gutiérrez y Walter Bernardo montaba guardia alrededor de una barrica de sidra: «Lleva cien litros y tenemos otros cincuenta enfriando. Somos unos veintitantos. Traemos de todo para pasar el día entero, es el día en que podemos estar juntos todos y pasárnoslo bien como cuando éramos poco más que unos nenos», manifestaban.
Ese era el espíritu que dominaba ayer en el Campo de San Timoteo en una romería que se prolongaría aún durante unas cuantas horas, hasta la caída de la tarde y el regreso de los cofrades y peñas a la villa para seguir la fiesta en su último día con la verbena de despedida. Todos eran fieles a la tradición expresada en el himno del santo: «Noche de San Timoteo/noche del santo patrón/por la ribera del río, baja un tropel de ilusión». De aquí al próximo año.