Alfredo López, doctor en Biología, miembro del Grupo de Trabajo Orca Ibérica
«Las orcas pastorean el atún hacia la costa para capturarlo con más facilidad»'Gladys Albarracín', el ejemplar que está protagonizando los incidentes en el norte
«El hombre se da desde hace miles de años, desde que el hombre colocó las almadrabas para pescar atún». Alfredo López es doctor ... en Biología por la Universidad de Santiago y especialista en cetáceos. Investigador adjunto del Departamento de Biología de la Universidad de Aveiro-CESAM, es miembro del Grupo de Trabajo Orca Ibérica-GTOA y de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA). Conoce perfectamente cómo están siendo las interacciones de las orcas en estas últimas semanas en el País Vasco y en Asturias. Porque se vienen dando desde 2020 y en Galicia han tenido más de un episodio.
La presencia de las orcas en el Norte se debe, explica López, a su distribución territorial, desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Golfo de Vizcaya. ¿Por qué llegan hasta aquí? En busca de alimento. Es la presencia de atún lo que atrae a estas manadas. ¿Hay más atún? ¿Está más cerca de la costa? «No sé si hay más, pero es posible que los cambios oceanográficos que se están produciendo los esté experimentando el atún y las orcas nos lo estén señalando», explica este experto, que llama la atención sobre el hecho de que «nunca hubo atún en la Ría de Arousa y ahora hay, y por eso también hay orcas».
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En realidad, lo que hacen estos cetáceos es «pastorear el atún hacia la costa para capturarlo con más facilidad, sin tener que hacer inmersiones tan profundas». Y eso es lo que podían estar haciendo en la costa llanisca cuando, el jueves, golpearon un velero que resulto dañado y tuvo que ser remolcado hasta el puerto.
Este tipo de interacciones es, como queda dicho, relativamente nueva, de los últimos cinco años. Anteriormente, en los años 80, cuando se extendió un sistema de pesca de palangre, un grupo de orcas «se especializó» en capturar el atún que, a su vez, capturaban los pescadores. Alfredo López admite que «la relación entre los pescadores y las orcas no es amable», pero admite que hasta ahora no había habido ninguna reacción por parte de los cetáceos.
También se habían producido anteriormente algunas interacciones con barcos de campañas de salvamento de cetáceos o con algunos veleros, pero se había tratado siempre de «aproximaciones».
Hasta que en 2020 empezó el contacto físico. La teoría con más fuerza para este grupo de expertos es que las orcas hayan tenido una experiencia negativa con algún velero y por eso identifican estas embarcaciones como un riesgo. Nada que ver con un juego. De hecho, de todas las interacciones registradas en estos cinco años, un 90% son con veleros. Y siempre golpean el mismo punto, el timón, «queriendo o sin querer».
50 ejemplares
En estos momentos la población de orcas ibéricas está compuesta por 50 ejemplares, que se distribuyen en varios grupos. En el Norte están ahora dos. Uno lo estaba ya desde hacía varias semanas y el otro ha viajado recientemente desde Galicia hasta el Golfo de Vizcaya. El resto permanecen a lo largo de la costa portuguesa y en el Estrecho de Gibraltar. No todos los ejemplares golpean a las embarcaciones. Son unas 16 las que sí lo hacen y éstas son las conocidas como 'Gladis'. Los expertos van poniendo apellido a cada 'Gladis' que identifican y la que estuvo actuando en el País Vasco es 'Gladis Albarracín'. Posiblemente sea la misma que protagonizó el incidente de la costa de Llanes.
Sin querer restar importancia a los incidentes, Alfredo López recuerda que solo se da una interacción por cada 100 barcos que pasan por el lugar donde hay orcas y que solo el 20% de los sucesos son graves.
Contradicciones en las recomendaciones a los navegantes
El Ministerio de Transición Ecológica emitió una serie de recomendaciones para navegantes sobre cómo actuar si se encuentran con orcas. Dos de ellas están en clara contradicción con los consejos de grupos de expertos como el Grupo de Trabajo Orca Ibérica. Mientras el ministerio habla de no parar la embarcación, los expertos mantienen todo lo contrario. «No se puede competir en velocidad con las orcas y éstas pueden percibirlo como un riesgo». Tampoco están de acuerdo con la recomendación de acercarse a la costa. «Quizás en el sur, pero ¿Cómo vamos a aconsejar eso en el Norte, con un costa llena de acantilados?». El biólogo lanza un mensaje de «tranquilidad» y aconseja a los navegantes consultar las aplicaciones que informan sobre la presencia de orcas antes de salir.
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