Cabrales impulsa una planta para generar biogás con residuos ganaderos y queseros

Con la meta de generar una oportunidad donde ahora existe un problema de gestión de residuos, en el concejo de Cabrales va tomando forma el proyecto de la primera planta de biogás de la comarca. La iniciativa, de ámbito privado, cuenta con el total respaldo del Ayuntamiento, cuyo alcalde, José Sánchez, apuesta desde hace cuatro años por la idea. «Seguimos ilusionados y esperanzados de que se lleve a cabo porque sería una buena noticia para Cabrales», sostuvo el regidor, quien apuntó a las posibilidades en cuanto a creación de «puestos de trabajo y energía un poco más económica». La explicación que sustenta su interés es clara: en Cabrales, concejo con numerosas ganaderías y queserías, «al final el residuo es purín y suero» que puede ser transformado en metano, un gas natural con uso como combustible. Según los resultados obtenidos en «un ensayo en laboratorio de la mezcla proporcional en sueros y purines de las queserías y ganaderías que hay en el concejo, el resultado es bastante bueno en cuanto a la producción de metano», apuntó el alcalde.

En cuanto a usos, Sánchez indicó que dependen «del grado de depuración»: «Lo puedes usar para calderas o cocinas, podríamos establecer una red de gas pueblo. O lo puedes quemar y producir energía eléctrica, con lo cual el residuo sería agua caliente y podríamos establecer como por ejemplo tienen en Mieres una red de agua caliente de calefacción». La aplicación que baraja es la de edificios públicos, si bien considera que también podrían beneficiarse establecimientos hoteleros, abaratando así costes en invierno. «Lo principal es que gestionamos los residuos tóxicos dentro del concejo y lo secundario que de ahí surgen oportunidades», subrayó.

Como todo proyecto, el de la planta de biogás afronta también problemas. El primer de ellos es el suelo disponible, pues «el Ayuntamiento no tiene terrenos propios». «La empresa privada está negociando con propietarios de terrenos», señaló el alcalde, sin detallar por el momento ubicaciones concretas.

Respecto a la tramitación, Sánchez consideró que «todo apunta bien». En las últimas semanas él mismo mantuvo una reunión en la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA) «para ver pros y contras». «Hay que hacer un estudio de implantación porque son más de 500 metros cuadrados», indicó.

Otra cuestión que preocupa es la de la rentabilidad económica, pues «para una empresa privada está un poco en el límite». Está en marcha por tanto el proceso para optar a ayudas de fondos europeos.

Para el mismo proyecto ya existió previamente otra empresa interesada, pero la iniciativa no llegó a fructificar. Sánchez, sin embargo, no desiste y continúa convencido de que la planta de Cabrales «sería un modelo exportable, podría ser un proyecto piloto para hacer en más sitios». En la localidad de Ortiguero existe ya desde hace dos décadas otra planta distinta, de tratamiento de residuos ganaderos. En esa instalación, promovida por el Principado, el estiércol se somete a un proceso de compostaje.