«Nos comunicaron que en una hora teníamos que abandonar nuestra casa»
Desalojan a una pareja de su vivienda en Castañedo tras producirse unos desprendimientos en una finca cercana y terminan en el albergue municipal
ROSANA SUÁREZ
CASTAÑEDO (GRADO).
Martes, 14 de febrero 2023, 01:28
El pasado 16 de enero, un desprendimiento causó importantes desperfectos en la vivienda unifamiliar de María Molina y Javier Mato, en Castañedo. Una columna de ladrillos de un monte colindante rodó hasta su finca, impactó contra una pared de la casa y entró al cuarto de baño. Un hecho que se puso en conocimiento de los efectivos de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (Sepa), con base en Grado, y de la Policía Local, que se desplazaron hasta la finca para asegurar la zona.
Molina y Mato pudieron regresar a su domicilio, pero los desprendimientos volvieron a repetirse hace diez días cuando vieron en su finca una roca que no estaba anteriormente, también había caído.
De nuevo, se puso en conocimiento de las autoridades y se determinó su desalojo. «La Policía Local vino con una orden de desalojo. Nos comunicaron que en una hora teníamos que dejar nuestra casa, sin ofrecernos ninguna alternativa, ni solución. Solo que abandonemos la vivienda», relatan.
Esta pareja, asentada en la localidad moscona desde hace un par de años cuando adquirieron la vivienda que han ido reformando, se siente desamparada. «Nos encontramos en la calle. Los primeros días hemos estado durmiendo en el coche. Hay que tener en cuenta que mi pareja tiene una minusvalía del 65% y lleva una bomba de morfina», detalla Molina. Ya, desde el pasado viernes se alojan, provisionalmente, en el albergue municipal. Siempre según indican, el Ayuntamiento de Grado solo les permite quedarse en las instalaciones hasta el próximo día 20 de febrero.
Animales en la finca
En la finca se encuentran sus animales: una perra, un gato, una cabra y varias gallinas. Para su cuidado y alimentación, Molina y Mato precisan del acompañamiento de los agentes de la Policía Local, ya que el riesgo de más desprendimientos es «inminente». Su temor ahora es no poder regresar a su domicilio o que la solución a su problema se dilate en el tiempo. «Ni siquiera sabemos quién es el propietario o los propietarios de la otra finca», añaden.