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La marcha a pie de los trabajadores lleva hasta Oviedo el rechazo al cierre de Alcoa

Unas 130 personas recorrieron en ocho horas los 35 kilómetros para lograr del delegado de Gobierno el compromiso de que mediará con Industria

Jesús González

Martes, 9 de diciembre 2014, 07:34

«Ha sido un día muy intenso y emocionante, una prueba de compañerismo con un ambiente que te quita todos los males», afirmaba ayer Valentín Muñiz, poco después de cubrir a pie los cerca de 35 kilómetros que separan la factoría de Alcoa en la que trabaja y la sede de la delegación del Gobierno en Oviedo. Junto a él, cerca de 130 trabajadores de la fábrica de aluminio llevaron así a la capital asturiana su rechazo al cierre de la planta y la demanda de una solución que garantice la continuidad de sus puestos de trabajo.

Una vez en el punto de llegada, una delegación de trece trabajadores, miembros del comité de empresa y representantes sindicales, mantuvieron un encuentro con el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, que se comprometió a mediar y a trasladar sus planteamientos al Ministerio de Industria.

Ocho horas antes, los cerca de 130 trabajadores participantes en la marcha salían de la fábrica de Alcoa dispuestos a llegar a la capital asturiana a las cuatro de la tarde. A la salida, todos ellos se encontraron con los ánimos de sus familias y allegados, así como de diversos representantes políticos que acudieron a despedirles, encabezados por la alcaldesa de la ciudad, Pilar Varela.

Los primeros kilómetros se desarrollaron a buen ritmo.«Se nota que es una plantilla joven», afirmaba José María Ramos, uno de los participantes de más edad, acerca de la primera etapa de la larga caminata. A medida que avanzaban, se fueron encontrando muestras de apoyo. «Había gente que salía a las ventanas a darnos ánimos, en Solís, en Cancienes, en Llanera...», apuntaba otro. Tampoco faltaron apoyos de políticos por el camino, como el alcalde corverano, Iván Fernández, que recibió a la marcha a su paso ante el Ayuntamiento, en Nubledo.

Desde allí, y tras subir el alto de La Miranda con relativa comodidad, los participantes en la marcha, la práctica totalidad de ellos identificados con camisetas amarillas, recorrieron Posada de Llanera y se dirigieron a Lugones, donde comenzó el que, todos coinciden, sería el tramo más duro de toda la jornada.

La última hora y media de caminata, con una lluvia especialmente intensa, y los kilómetros acumulados, hicieron que el agotamiento empezara a hacerse notar entre los participantes en la marcha.

Pero al agua que les empapaba la ropa, al sudor y a las ampollas que empezaban a sufrir algunos, aún tendrían que sumarse las lágrimas de emoción que una buena parte de ellos no pudo contener en el momento de llegar a la plaza de España de Oviedo. Uno de ellos era José María Ramos, prejubilado de Alcoa que con una camiseta amarilla colocada a modo de estandarte en un palo, hacía las veces de abanderado. Su llegada, unos metros por delante de la pancarta, desató todas las emociones contenidas durante las ocho horas de caminata. «¡Ese Francés, así se hace!», le gritaban a Ramos, al que aludían a través de su mote en la empresa. «Yo estoy prejubilado, y tengo dos hijas a mi cargo, pero esto, por lo que hay que luchar es por el futuro de todos estos chavales», decía emocionado acerca de sus compañeros.

La manifestación del jueves, próxima gran cita en el programa de movilizaciones

  • Tras la marcha, los trabajadores ya pensaban en la manifestación convocada para este jueves. «A ver cómo sale», afirmaba uno de ellos acerca de la afluencia de público que, más allá de la presencia de trabajadores de Alcoa y sus familiares, habrá pasado mañana por la tarde en la plaza del Vaticano.

  • La manifestación saldrá a las siete de la tarde y ya cuenta con el apoyo expreso de la práctica totalidad de los sindicatos con presencia en la comarca. A ellos se han sumado también partidos políticos y entidades de todo tipo, desde culturales a vecinales.

  • Aún así, los trabajadores apelarán a toda la población de la comarca a través de la caravana de coches que durante la jornada de mañana miércoles recorrerá la ciudad para recordar la convocatoria en demanda de una solución que evite el cierre de la planta de Alcoa.

Recepción

Poco después de las cuatro de la tarde, los cerca de 130 trabajadores participantes en la marcha se entremezclaban entre los cientos de personas que los recibían en los soportales de la delegación de Gobierno, entre familiares, amigos y miembros de los distintos colectivos e instituciones que acudieron a expresarles su apoyo. Entre otros, se dejaron ver por allí el coordinador de Izquierda Unida de Asturias, Manuel González Orviz; el diputado de la formación, Gaspar Llamazares; el portavoz de Podemos, Daniel Ripa, o el concejal avilesino del PSOE, Raúl Marquínez, entre otros. «La verdad es que todo el mundo, de todos los ámbitos, se están volcando», apuntaba Arantxa García, poco después de recibir a su marido en Oviedo.

Tras el recibimiento por parte de sus familiares, una delegación de los trabajadores participantes en la marcha accedió a la sede de la delegación del Gobierno, donde les esperaba el delegado Gabino de Lorenzo. Previamente, el exalcalde de Oviedo ya había expresado a los medios de comunicación la disposición «del Gobierno de España a volcarse para resolver un problema que para Asturias puede tener consecuencias gravísimas», indicó. Por eso, «se hará todo lo posible, dentro de la ley», para resolver cualquier duda sobre el futuro de la factoría.

Durante la reunión con los representantes de los participantes en la marcha, Gabino de Lorenzo les traslado su compromiso «de mediar ante el Ministerio de Industria» para que, en la medida de lo posible, ponga los medios para facilitar que Alcoa participe en la subasta de los próximos días y pueda hacerse con al menos un paquete de interrumpibilidad con el que mantener la actividad a partir del 1 de enero.

«Se trata de que se pongan las condiciones para que Alcoa pueda pujar. Después, de que la empresa puje es algo de lo que ya nos ocuparíamos nosotros», afirmó el presidente del comité de empresa, Daniel Cuartas, al término de la reunión mantenida con el delegado del Gobierno y de comunicar al resto de sus compañeros y familiares, que aguardaban aún en los soportales.

Tras ello, despuésde poco menos de una hora de encuentro con el delegado del Gobierno, los trabajadores y quienes acudieron a apoyarles se dispersaron e iniciaron el regreso a casa. «Alguno no sé yo cómo va a trabajar mañana», bromeaba uno de los participantes en la marcha acerca del cansancio acumulado durante la jornada.

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