Apagón histórico

El día después del apagón: Avilés arranca a medio gas con problemas en las conexiones

Avilés amaneció este martes aún a medio gas, con la gran industria trabajando para volver a arrancar, muchas empresas aún sin conexión a internet y sin teléfono y hogares con los mismo problemas. En las oficinas de las compañías telefónicas ya había colas antes de que abrieran, con usuarios reclamando por problemas derivados de la falta de conexión. «No podemos hacer nada, no sabemos por qué unos teléfonos funcionan y otros no, ni por qué a veces hay conexión y otras no», trataba de explicar Sonia Martín, en la sucursal de Orange de la calle de La Cámara.

Algunos establecimientos pudieron funcionar desde primera hora con normalidad, aunque en la mayoría las conexiones iban lentas y eran intermitentes. En establecimientos como la cafetería Santa Gloria no lograban que funcionase el datáfono y solo podían aceptar pagos en efectivo. En las farmacias tenían problemas con la receta electrónica. «A veces funciona y a veces no», relataba Marcos Laviana, en la calle Rivero.

Los supermercados pudieron abrir con normalidad y sin lamentar grandes daños. Algunos, como el Masymás de la calle Juan XXIII, habían tenido que tirar algo de carne, pero la mayoría aguantó sin problema en las cámaras frigoríficas. El pescado pudo venderse con normalidad. La rula ya celebró sin problemas la subasta de las cinco y media de la mañana después de haber suspendido la de la tarde del lunes por la incertidumbre de los compradores sobre la reanudación del suministro eléctrico, ya que dependían de las cámaras de frío de sus establecimientos. Por la tarde se habían desembarcado 50.000 kilos de pescado de distintas especies que se subastaron por la mañana.

Se vendió, sin embargo, poco. El aluvión de compradores en los establecimientos que pudieron permanecer abiertos el lunes había llenado las despensas. «Parece que hay miedo a comprar», lamentaba el pescadero Juan Manuel Ferrero. También lo notaban en la carnicería Delfina, donde había pocas existencias porque el lunes no se había podido matar ternera.

Peor suerte corrieron algunos heladeros. En el Yummy de La Cámara trabajaban a marchas forzadas para tener algo de producción tras haber perdido ochenta kilos de helado por el apagón. «Tuvimos que tirarlo todo», recordaba Pablo Ponga.

El presidente de la Cámara de Comercio de Avilés, Daniel González, calificó el lunes de día «caótico para empresas y trabajadores» y exigió «explicaciones, responsabilidades y garantías de que no volverá a ocurrir».

En el lado positivo destacó el «civismo». La jornada se cerró sin apenas incidentes de seguridad ni de tráfico a pesar de la falta de regulación en los grandes cruces. Había temor a que el apagón se prolongase por la noche, cosa que no sucedió. Por si acaso, varios agentes doblaron turnos, aunque la situación fue de tranquilidad.

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