El biólogo Casto Fernández-Ovies, en Avilés

«Hay muchos tiburones en la costa de Asturias, pero no se acercan a la playa»

Licenciado en Ciencias Biológicas, Fernández-Ovies trabajó en el Centro de Experimentación Pesquera, donde se enganchó a este pez. Según afirma, en las aguas asturianas se pueden contar hasta 46 especies diferentes de las más de 1.200 que trasiegan por las aguas del planeta. «Son unos seres fascinantes, con unos sentidos increíbles», asegura.

Los tiburones no solo viven en aguas tropicales y exóticas sino que «los hay en todos los sitios y hay especies que se mueven muchísimo, y el famoso tiburón blanco también pasa por aquí delante, son los juveniles y están lejos de la costa, no se acercan a la playa y están en alta mar, a unas veinte millas de la costa».

A pesar de eso, «hay que tener cuidado con ellos, aunque no son especialmente agresivos, pero de alguna forma somos invasores en su espacio y no dejan ser carnívoros y si se quieren alimentar pueden echar un bocado».

Alguno de los tiburones 'asturianos' viven aquí toda su vida y otros, especies grandes que se están moviendo continuamente de un sitio a otro, pasan por nuestras costas «y no se sabe dónde se reproducen». Los hay que «viven en la superficie» y otros «a 3.000 metros de profundidad y prácticamente no suben nunca, por eso son oscuros y tienen unos ojos muy especiales para captar la mínima luminosidad». Estos habitan en la zona del cañón de Avilés, dado que «existe una alta productividad de vida marina y tienen alimento suficiente».

Los tiburones grandes, peligrosos para el hombre, los que superan los dos o tres metros de largo y pesan cerca de quinientos kilos, rara vez se acercan a la costa. No obstante, «los que son tan grandes son más mansos».

La vida de un tiburón puede ser de dos años o de 500, como el de Groenlandia, que «alguna vez se avistó por aquí».